En una emotiva ceremonia, finalmente los familiares de 90 de los caídos en combate viajaron este lunes directamente al Cementerio de Darwin para instalar las placas con los nombres de los Héroes en el lugar inmortalizado bajo la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. Entre ellos estuvieron la mujer y la hija del lujanense, uno de los combatientes identificados. Allí, Mirta Baldelli y Florencia Hüdepohl dejaron un rosario y dos flores de tela en la tumba, al igual que el resto de los familiares.
“En este viaje yo siento que fui a encontrarme con él”, aseguró Baldelli, quien pasó sus últimos días en Buenos Aires conmovida por la experiencia que debía afrontar después de casi 36 años. En esa línea, agregó que “esto me da paz, tranquilidad o, como dijo mi hija Florencia, este es la señal que estábamos esperando de él”.
“Cuando me pidieron que donara sangre, nunca me imaginé que podía llegar a esto. Es más, sin esperanzas doné igual para ayudar y ahora Dios me ayudó a mí y a mis hijas”, relató sobre el proceso de indentificación y el trabajo realizado por la Cruz Roja Argentina.
Y remarcó: “No nos imaginamos nunca esto, jamás pensamos que lo íbamos a encontrar porque siempre creíamos que su lugar era el mar”.
Desde este lunes, su placa no dirá más “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. Su tumba, desde ahora dirá Enrique Hudepohl.
Enrique Hüdepohl
Enrique Joaquín Hüdepohl nació el 30 de octubre de 1947 en Luján. Hijo de inmigrantes, su padre alemán y su madre rusa, fue el menor de cuatro hermanos. Realizó la primaria en la Escuela N° 11 de Luján, sin poder continuar sus estudios secundarios debido a que su padre por considerarse ya mayor creyó conveniente que comenzara a trabajar junto a él y a su otro hijo en el campo. Paralelamente, trabajó en la Panadería Lucca donde aprendió el oficio de pastelería y también logró dedicarse a la fotografía tanto en el ámbito profesional como laboral.
En 1971 se casó con Mirta Isabel Baldelli y al año siguiente nació su primera hija, Mercedes. Mientras que en 1977 llegó Elizabeth y en 1980 su hija menor, Florencia.
Comienza a trabajar en el año 1973 en Transportes Navales, empresa de la Armada Argentina, donde acompañaba su práctica con estudios en forma autodidacta con el anhelo de progresar en su trabajo, formándose continuamente y rindiendo exámenes libres en la Marina Mercante para obtener el Título de Oficial Civil.
En Transportes Navales se desempeño como mecánico maquinista realizando diversos viajes al Sur Argentino, entre los cuales una vez al mes el destino eran las Islas Malvinas con el fin de proveer a la población isleña de variados productos para su subsistencia.
Y según recordó el potal El Malvinense, sucedido el conflicto bélico que enfrentó a nuestro país con el Reino Unido por las Islas Malvinas, Enrique Hüdepohl fue convocado mientras se encontraba de licencia para abordar el Buque “Islas de Los Estados”, que puesto bajo el mando de la Fuerza Naval debía atender numerosas misiones de transporte de equipos, municiones, víveres, combustible y aún hacer operaciones de minado en las aguas de Malvinas.
Mientras algunos civiles que ya estaban a bordo del buque decidieron volver a tierra, él decidió cumplir con su responsabilidad, la patria y sus compañeros. Y encontrándose en el buque para proveer a nuestras tropas, perdió su vida cuando lo hundieron llegando al Estrecho de San Carlos la noche del 10 de mayo de 1982. Eran alrededor de las 22, cerca de Puerto Howard Y, en una de las tantas misiones de transporte, cuando fue atacado por la fragata británica HMS “Alacrity”, cuyos cañonazos dieron en la carga de combustibles y municiones que llevaba. El Buque “Isla de los Estados” explotó y desapareció junto con casi toda su tripulación en pocos minutos.