Aunque imperceptible al tacto, las cajas latían. No había golpecitos audibles rítmicos dentro, pero esa sensación de latido seguramente se percibía cuando se unían en el puente solidario las manos que entregaban y las que recibían.

Ese instante preciso de comunión y concreción final del proyecto, fue el que puso evidencia en las pieles, de esa alegría y satisfacción a la vez que se generan cuando una actividad solidaria discurre por el camino necesario que se inicia con la idea, continúa con el apoyo de muchos y se hace respiro de alivio cuando llega a donde se soñó que llegara. Así, de mano en mano, la solidaridad dentro de una y muchas cajas, latiendo. Y siendo parte de la Campaña “NaviDar” que por octava vez se realizó en nuestra ciudad.

Dos corazones más

Esos corazones tienen latido nuevo en esta historia. Porque Noelia y Eliana Giménez por primera vez se pusieron al frente de esta edición 2019 de “NaviDar” y pudieron concretar la difusión, recepción y entrega de las donaciones: cajas lindamente forradas con el contenido de alimentos navideños para que las personas que necesitaran ayuda, pudieran no solo disfrutar de algo rico en una noche especial, sino sentir que hubo quien o quienes pensaron en cada detalle, armando una caja digna de cualquier vidriera.

De manera que, las hermanas y socias -de Giménez Inmobiliaria- coordinaron la recepción y efectivizaron la entrega. “NaviDar nace a partir de dos amigos, Edu y Nela, de Olivos, quienes hace unos años asistieron a una cátedra de cultura solidaria que dicta Red Solidaria y como una prueba organizaron una campaña para juntar cajas de alimentos para Navidad. La primera campaña lograron juntar 130 cajas. El concepto inicial era facilitarle a la gente ser solidario, se le entregaba a la gente los elementos para armar las cajas y el voluntario solo debía comprar la lista de alimentos no perecederos y alimentos para compartir en la mesa navideña, y entregarlas llenas. A medida que fue creciendo, se organizaron puntos de recepción y se fueron sumando muchas más provincias y localidades del interior. Este 2019 es la octava campaña y se lograron entregar más de 3.100 cajas”, decía a modo de reseña Noelia Giménez, recordando que esta idea en Luján se desarrolló por varios años teniendo como punto de recepción el vídeo club “Amadeus”.

“Giménez Inmobiliaria es el primer año que se suma a la campaña NaviDar, funcionando como punto de recepción y distribución. Años anteriores hemos participado en armar nuestra caja y entregarla a los chicos que lo organizaron en Luján”, contaba, al tiempo que destacaba a quien trajera la idea a nuestra ciudad y la concretara por todos los años anteriores: Noelia Carelli.

“Este 2019 a ellos les fue imposible por motivos personales, vimos una publicación que se buscaba voluntarios para la campaña de este año y a partir de las ganas de ayudar y de una conversación informal entre nosotras, surgió la posibilidad de hacerlo, así que fue todo un desafío sumarnos para tomar la posta de continuar con lo que se venía gestando”.

Y respecto del camino andado para la campaña, detallaba: “Empezamos a difundir usando los contactos de nuestras redes digitales y Whatsapp de conocidos, tratando de que se sumen en familia o entre compañeros de trabajo, juntando y armando las cajas y más aún con un deseo navideño o algún obsequio dentro. Tuvimos poco tiempo de difusión, pero logramos juntar aproximadamente 50 cajas. Muchas de conocidos, gente que participó en otras campañas y lo siguieron haciendo y gente que se sumó este año. Gente conocida y cajas que llegaban de manera anónima, pero todas con mucho amor, decoradas y con lindos deseos para las familias que más lo necesitan”.

La entrega de los latidos solidarios

Y llegó el día. Las 50 cajas decoradas de buenos deseos y con el latir solidario como el mejor contenido, estaban listas para que Noelia y Eliana las acercaran a los lugares elegidos. “A partir de la cantidad de cajas que juntamos, nos contactamos con dos comedores de nuestra ciudad: el Comedor Nocturno ‘Granito de Arena’ y el Comedor ‘El Triunfo’, y Lucía y Amelia respectivamente se encargaron de citar a las familias y entregamos las cajas personalmente, de manera organizada y con mucha alegría el 23 de diciembre por la tarde. Se entregaron más de 30 en el primer comedor y cerca de 15 en ‘El Triunfo’. También alimentos no perecederos y ropa en el comedor de la Capilla San Cayetano”, recordaba.

Y con la alegría como resultado, remarcaba el agradecimiento: “Queremos agradecer a la gente que nos acompañó este año, trajo su caja y convocó a otros a ayudar, ya que son los verdaderos protagonistas para que este proyecto se pueda llevar a cabo. Gracias a nuestra familia y nuestro entorno que se sumó y nos ayudó a distribuir las cajas. Nos quedó una sensación muy linda por haber participado y las ganas de seguir y de duplicar la cantidad de entregas para el próximo 2020. Con poco podemos hacer mucho, y lo seguiremos haciendo mientras podamos. Invitamos a la comunidad a participar en futuras campañas para seguir creciendo en cajas y en espíritu solidario”.

Y lo rico cosquilleó en la panza. Se brindó y degustó lo recibido. Pero lo que se dio y recibió verdaderamente, es algo que no se terminó cuando se lavaron los platos o cuando se distendió la mesa: los latidos solidarios, envueltos para regalo, se quedaron y se quedan en ambas partes de esta historia: en quien da corazón y en quién recibe corazón.

Nota: Lili Ricciardulli