Se trata de una forma que nos iguala: la del corazón. Idéntico. Ente unos y otros. Pero además, podemos darle a esa forma igual, el igual sentido. El del latido solidario y la toma de conciencia ambiental. Dos vecinos están construyendo un contenedor con forma de corazón para juntar tapitas plásticas que serán donadas al Hospital Municipal.

Una a una, haciendo ese montón que sirve y mucho. Una a una, como los latidos, constantes. Sumándose, unidos y palpitando por el mismo fin: colaborar con el medio ambiente y aportar solidaridad para un lugar que es prioritario y querido por la comunidad: el Hospital Municipal Nuestra Señora de Luján, que necesita siempre abrazos materiales con sentido de alma.

Ahí está enfocado este proyecto que ya viene concretándose con sonido de martillos, chispazos de soldadoras, colorido andar de pinceles, metros y anotaciones. Todo haciéndose con las manos solidarias y la esperanza puesta en que se sume la comunidad una vez que esté armado y colocado este corazón grande con la gran propuesta: que los vecinos lujanenses coloquen allí las tapitas plásticas que serán luego donadas para beneficio del nosocomio local.

Una idea ya implementada en otros lugares del país y que llega a nuestra ciudad desde la iniciativa de dos vecinos: Rober Rivas y el concejal mandato cumplido José Neto, quienes pusieron manos a la obra para darle forma de corazón a la campaña solidaria.

Tiempo libre, trabajo solidario

José Neto en plena tarea, dándole forma a ese gran corazón solidario.

Buscando ese hueco necesario en medio de sus lógicas ocupaciones, José Neto y Rober Rivas vienen trabajando en este proyecto que ya está muy bien encaminado. Y con uno de ellos dialogamos acerca de esta propuesta que tiene un impacto visual muy importante y un fin, que también resulta de suma importancia.

“La idea vino de mi amigo Rober Rivas, que vio una publicación que habían colocado uno así en Mendoza”, decía José Neto y detallaba: “Este primer corazón se está fabricando por la donación de materiales del señor Lucas Pirroncello, de Rober y mía y está hecho todo por nosotros. Lo iniciamos el 22 de diciembre, aunque no hay fecha determinada para su culminación, ya que se va haciendo en momentos libres que tengo”, explicaba ante la consulta sobre cuándo estaría listo para su colocación en la vía pública.

Y precisamente, respecto de dónde se colocará, nos decía: “El primero lo vamos a colocar en la esquina de San Martín y Rawson. Una vez terminado, empezaremos con el segundo corazón con los materiales donados por la heladería ‘Don Marcello’. También estuvimos conversando con el vecino Tati Pérez, el cual me comentó que le gustaría ver la posibilidad de construir uno para la plaza de Pueblo Nuevo”.

El modelo terminado de esta idea que comenzó en la provincia de Mendoza.

Una idea y una acción que evidentemente está siendo muy bien vista por quienes se han enterado acerca de esta realización y que seguramente tendrá muchos adhesiones una vez que sea pública.

“El que quiera colaborar, puede hacerlo, ya que necesitamos materiales para poder construir corazones para que haya más en los barrios”, decía Neto y dejaba los números telefónicos para contactarlos tanto por Facebook como por Whatsapp: José Neto (2323 606579), Rober Rivas (2323 558756) y Heladería Don Marcello (San Martín y Rawson, de miércoles a domingos de 16 a 00 horas.

Y con la tarea de las manos obedeciendo al corazón, José y Rober vienen moldeando un corazón grande, grande, que recibirá aquellas tapitas que perjudican al medio ambiente pero que se pueden reciclar y convertirse, a la vez, en alivio material para el Hospital.

“Cuando me comentó mi amigo Rivas si me animaba a construirlo, inmediatamente le respondí que sí. Me pareció una idea y un proyecto hermoso”, remarcaba Neto al final de la charla, dejando un espacio para el agradecimiento hacia quienes han donado material como aquellos que manifiestan su apoyo desde las redes sociales: “Gracias a quienes nos apoyan en las publicaciones dándonos fuerzas para seguir adelante”.

En ese ‘seguir adelante’ está la culminación de este primer corazón y su colocación en la esquina elegida, para luego quizás -y ojalá- poder replicar la idea de construir otros para otros puntos de Luján y ver de qué manera se irán llenando de las buenas intenciones de la comunidad: las tapitas plásticas que contaminan, colocadas como pequeños pero constantes latidos, dándole al Hospital la posibilidad de ciertos alivios materiales.

Un accionar solidario, con conciencia ambiental y forma de corazón. Ese corazón que todos podemos apostar cuando de ayudarnos entre todos se trata. A latir, entonces.

Nota: Lili Ricciardulli