Su boleto fue el amor. Su destino el de la dignidad animal. Porque cuando en enero esta perra Boxer, adulta, bajó de un micro de larga distancia en la Terminal de Ómnibus de Luján, todo fue incertidumbre, no solo para ella desde su mirada de desolación, sino para la gente que la veía en espera de nada, sin nadie, en medio del tumultuoso trajín del lugar.

Una proteccionista lujanense la rescató, contactó una adoptante en el lugar de origen del animal y con la solidaridad de quienes sumaron su aporte, regresó a Villa María donde fue recibida como la mejor pasajera.

La historia tuvo el comienzo conocido cuando la perra fue subida a un micro de larga distancia en Villa María, Córdoba y bajada en la Terminal de ómnibus de nuestra ciudad. Los motivos, los intervinientes, los que aportaron su cuota de complicidad, los que “se la sacaron de encima”… bueno, todo eso, tiene algunos nombres, algunos rostros, alguna imagen. Pero están los otros participantes, los que cortaron las escenas del abandono para construir el mejor “final feliz” de esta historia.

En nuestra ciudad, quien tomó su tiempo, ganas, corazón, fue Paola Arnijas, proteccionista independiente, quien se llevó a la pasajera inesperada a su casa y comenzó con el rastreo de la historia. De ahí se supo que fue subida en Villa María y rápidamente el medio de la localidad cordobesa “Villa María Vivo” también se hizo eco de la historia triste, del abandono, del despojar a un animal de su dignidad, echándolo de su espacio, como si fuera una maleta…vacía.

Y qué llena estaba María!!! Con el alma de perro triste pero claro que moviendo la cola en busca de la mano amiga que siempre debería aparecer para las injusticias perrunas. Y cuando aún no era María y bajó sola después de haber recorrido más de 500 kilómetros en micro, tuvo la suerte de ser protagonista de una bienvenida improvisada para ella, a quien no la esperaba nadie.

Entonces, Paola comenzó desde Luján a entretejer su regreso a Córdoba: mediante la ayuda de las redes sociales recibió la propuesta de una adoptante en Villa María y entonces ahí comenzó la tarea de conseguir los fondos económicos para el traslado. Y fue a la mitad de febrero, que María viajó, ya no sola, sino acompañada, y llegó, ya no son ser esperada, sino con la alegría del encuentro, a la casa de Liliana Alvarez, donde luego del primer momento, posó sobre el hermoso jardín que ahora es de ella, para las fotos.

Además de ser recibida con hocicos atentos y colas a todo remolino, por sus pares perrunos con quiénes compartirá de ahora en más, vida. Bien linda vida.

“Quiero agradecer a la gente que colaboró, a Patricia Colabelli, Cintia Tapari, Mariela y Liliana”, decía Paola Arnijas, que a todo amor y junto a su marido e hijo está atenta a toda ayuda que pueda brindar, para darle giros hacia el mejor lado a las historias de perros.

La sacaron de su lugar con un boleto a la nada. Nadie la esperaba. La recibió el tumulto y el abandono. Pero la vieron. Y le dieron el pasaje merecido a una nueva y mejor vida. María, la perra Boxer que viajó sola de Córdoba a Luján, regresó y esta vez como la más linda y querida pasajera.