Prendida al pecho flamea ese pedacito de historia. Como cintita celeste y blanca de dimensiones pequeñas y significado inmenso. Más inmenso que lo inmenso, porque no hay medidas exactas para el sentimiento. Por eso Malvinas no solo es extensión territorial, Malvinas es pertenencia indiscutida del sentir del pueblo argentino. Es libro eterno en la biblioteca de los saberes, manual de uso permanente en la tarea de la enseñanza, patrimonio asido con el alma, postal de injusticia para no olvidar y postal de homenaje para tampoco olvidar.
Eso, ‘olvido”, es la palabra que solo se puede decir, pero no poner a andar. Porque quien olvida esta historia se está olvidando de aquellos chicos apenas hombres, agarrados de un arma con la inexperiencia como temblequeo de frío en el cuerpo y miedo en el alma. Esos chicos de miedo y barro, de trinchera y tantos ruidos alrededor. Chicos de guantes sucios apretujando el dudoso color blanco de un papel con letras con la forma de la esperanza en un abrazo vía carta. Olvidar Malvinas es dejar a los que se quedaron allá, que no vuelvan. Olvidar es dejarlos a los que tuvieron regreso, desamparados en el tiempo de hoy. No hay espacio para el olvido, ellos no lo merecen. Entonces hablar, hablar, hablar, hablar de Malvinas. Como repetición rítmica a pleno pecho.
ESOS CHICOS. ESTOS HOMBRES
Son ellos. Los que conocemos o de los que hemos oído hablar. Los que tenemos al lado. Los que se detienen delante del pabellón nacional en cada acto. Los que martillan en una carpintería, el doctor del consultorio de la esquina, el que amasa en la cuadra de la panadería, el que va a la escuela a malvinizar, el que maneja el colectivo, el que abraza a sus hijos, el que está en una foto sobre la mesa de luz de “la Vieja” que mientras barre siente que va a estar otra vez su chiquito ante la mesa. Tenemos excombatientes a nuestro alrededor. No nos olvidemos el saludo para estos hombres, nunca.
Y en nuestra ciudad -como a lo largo y ancho del país-, agrupados en espacios organizados para educar, ayudar, informar, están continuando con los días de una comunidad, aportando siempre. Como la gente del Centro de Veteranos de Luján, entidad hoy presidida por Alejandro Giorgio, quienes lógicamente han anunciado la suspensión de la conmemoración de este 2 de Abril -la tradicional vigilia- que queda sin efecto al igual que el acto oficial, por los motivos ya conocidos.
“Hoy estamos como todos, no salimos de nuestras casas lo cual nos dificulta mucho nuestra tarea social, ya que desde nuestro Centro es mucho lo que hacemos por nuestra sociedad o por lo menos lo que intentamos hacer, eso nos fortalece y nos saca muchas veces de nuestros lugares oscuros donde nos puso la Guerra. Nuestro Centro está como siempre muy arraigado en la sociedad y es gracias a todo el trabajo que venimos haciendo año tras año”, nos contaba Enrique Alvarez, excombatiente y parte de esta institución.
Y decía al referirse a este tiempo y cómo hace efecto en la gente, que “a mi me parece que hay varios matices en la gente, está el que se queda en casa, el que no, el que tiene que salir por diferentes circunstancias ya sea trabajo, cuidar a algún familiar, etc. Lo que me parece es que la gente se está encontrando a si misma y aunque esto parezca raro pienso que estamos socializando más, pero socializando con quienes integran el grupo familiar de cada uno, con quienes convivimos todos los días pero en épocas normales tenemos poco tiempo o nos damos poco tiempo para hablar, compartir una mesa, una charla y hasta habrá momentos en que discutamos. Pero todo eso seguramente nos hará pensar en cuánto tiempo hemos perdido y hoy, tal vez, esta situación nos permita recuperarlo”, sostenía en una clara y esperanzadora manera de analizar el aislamiento social de esta cuarentena.
EL DIA PRECISO Y TODOS LOS DÍAS
“Sí que es un 2 de Abril diferente -y muy diferente-, porque nosotros desde el Centro de Veteranos de Guerra de Luján desde hace muchos años ya, venimos organizando la Vigilia ‘Esperando el 2 de Abril’, con la gente que nos acompaña espontáneamente. Si bien nosotros mediante nuestra página publicitamos la Vigilia, sabemos que ya está tan incorporada en nuestra sociedad que casi ni falta hace. Ahí, todos aquellos que sienten Malvinas como una causa de todos se hacen presentes y año tras año somos más y más, familiares, amigos, vecinos y toda nuestra comunidad nos acompaña brindándonos su apoyo, saludando a cada uno de nosotros afectuosamente. La Vigilia es eso: es nuestro homenaje a quienes dieron la vida por la Patria y, a la vez, es ese contacto con la gente desde ese lugar del Veterano de Guerra”, decía remarcando la importancia de saberse acompañados en cada Vigilia por los artistas locales que suman su valioso arte.
“Me gustaría agradecer a cada uno de ellos, ya que lo hacen sin ningún interés personal ni económico”. Y en el listado de este suspendido encuentro recordaba que iban a participar “Mulla Huayna, Anta Wara, Araceli Pavón y Maxi Dobal, el Ballet El Encuentro a cargo de la Profesora Gabriela Banderbek, el Ballet Municipal a cargo de la Profesora Susana Pagani, la Banda Rerum Novarum y el VGM Omar René Tabárez con su trompeta, que ya es un homenaje en sí solo por todo lo que ello significa”, además de “Enrique Pacheco en sonido y Grey Villagra en la locución y conducción”.
Pero, todo lo que siempre fue y sería una vez más hecho con sonoros aplausos y abrazos largos, se realizará en modo virtual aunque con el real sentimiento: “Por suerte tenemos las tan vapuleadas redes sociales y a través de ellas es que nos comunicaremos de la mejor manera posible. Pero también -y es algo por lo que venimos pidiendo desde siempre y que tal vez esta vez se nos cumpla-, como ya que no podemos rendir ese homenaje que tanto queremos es que invitamos a todos a poner una bandera en el frente de sus casas en honor a nuestros Caídos en la Guerra de Malvinas. No pedimos demasiado y será un lindo reconocimiento para aquellos hombres que dieron todo y mas por nosotros”.
“Estamos en un tiempo distinto, un tiempo y un momento difícil para todos, tenemos que ser prudentes y esperar a que todo esto pase lo más pronto y con la máxima responsabilidad individual y colectiva posible, pero siempre con esperanza, siempre mirando hacia un futuro mejor. Este año nos tiene que dejar una enseñanza a todos y pensar en un mundo mejor, con mas inclusión, más igualdad social y más bienestar”, manifestaba Enrique haciendo referencia también a un sello solidario que tiene el Centro: la Cocina de Campaña con la que colaboran para ricas meriendas o almuerzos en diferentes instituciones educativas y sociales, sino que también ha estado a la orden de la ayuda en situaciones como las inundaciones, ofreciendo un plato de comida elaborado con mucho gusto a solidaridad.
“Cuando salgamos de este momento difícil y volvamos a nuestra vida -entre comillas, normal-, seguiremos en este camino emprendido hace tiempo con el solo fin de ser un poquito mejores cada día y ver de qué manera todos desde nuestro lugar podemos aportar un granito de arena para tener un país mejor. Y el Centro de Veteranos de Guerra de Luján tiene ese norte en su ADN. Hoy quedémonos en casa, por nuestro bien y el de nuestros seres queridos. Y pronto podremos entre todos salir de esta difícil situación. Si durante la Guerra de Malvinas nosotros pudimos soportar tantos días en un pozo con humedad, fríos intensos, hambre, lluvia, nieve y bombardeos constantes, hoy no se nos está pidiendo demasiado, solo se nos pide quedarnos en casa …”.
Estos hombres saben de lo que están hablando. Son aquellos chicos que sin saberlo, lo supieron. Es un tiempo de esfuerzo individual para el bien de todos.
Y en medio de esta pandemia, que la memoria no se quede detenida. Que busque, hurguetee, indague, destaque, subraye, ponga con mayúsculas una palabra: HOMENAJE. Para aquellos chicos hombres de hoy. Los que andan acá y los que volvieron en recuerdo, aunque se hayan quedado allá. El orgullo patrio en este 2 de Abril late a pleno pecho, con el viento del sur en la gente de hoy y de acá. Eso es merecida memoria.