En la Argentina, el 2 de Abril se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. En ese marco, Abel Rausch, presidente de la Asociación de Veteranos de Guerra de Luján, se refirió a nuestros Héroes que murieron en combate y analizó el contexto actual.
“Otro aniversario de la recuperación de nuestras queridas Islas Malvinas en el Atlántico Sur. Otro 2 de abril, el número 38, que nos encuentra en momentos difíciles, distintos como pueblo, como Nación, como humanidad por la pandemia que estamos atravesando”, señaló en el inicio de la charla.
“Las palabras de hoy van a ser distintas porque se trata de un compromiso social muy importante que tenemos que respetar todos: tenemos que estar guardados en casa el mayor tiempo posible, tratar de no salir para que el virus no camine”, remarcó.
En esa línea, brindó su “respeto y cariño a todos nuestros compañeros que no están, que entregaron su vida en defensa de la Patria en la batalla de Malvinas, y también a los que cayeron en la posguerra. Trataremos de rendirle los homenajes que se merecen como lo hacemos todos los días, pero este 2 de Abril va a ser un poco distinto: va a ser desde el recogimiento, desde el abrazo, desde la comunicación. Y tratar de que sirva para que todos entendamos que solo no se salva nadie, que nos necesitamos todos, que nos tenemos que cuidar y que el respeto y cariño que toda la comunidad de Luján siempre tuvo con los excombatientes, nos va a acompañar hasta nuestros últimos días”.
“Por eso, tratemos de ser lo más solidarios posible, porque si no trabajamos en conjunto y en solidaridad para combatir este virus, va a ser muy difícil. Y las consecuencias van a ser muy malas”, apuntó.
Luego, recordó que “a 38 años de la gloriosa recuperación de nuestras Islas, a los Veteranos de Guerra nos quisieron poner en espacios que nunca permitimos, pero a pesar de nuestras diferencias nunca dejamos que nos trataran de pobrecitos o de loquitos de la guerra. Porque la Patria nos llamó, dijimos presentes y tratamos de estar a la altura de las circunstancias. Algunos pudieron y otros no”.
A su vez, sostuvo que “nuestro tránsito es efímero. Y las banderas que hoy nosotros levantamos -y lo hacemos desde hace mucho tiempo- les va a corresponder levantarlas a las generaciones posteriores. A los chicos, a todos los estudiantes, a todos los pibes. Cada vez que damos una charla en un aula, tratamos de transmitirle lo que sentimos y lo que pasó. Y transmitirles que lo que pasó no fue en vano”.
Por su parte, aseguró que “gracias a esta bendita democracia en la cual vivimos desde el año 83, se transitaron procesos distintos. Pero a partir de 2003 hubo un grupo de compañeros, de Veteranos de Guerra, de funcionarios, que tomaron una bandera, la de los reclamos justos y soberanos para reclamar en cada lugar del mundo nuestra soberanía y pertenencia sobre las Islas. Y hoy, Inglaterra y Estados Unidos son los únicos países que no responden al llamado a dialogar. El resto de comunidad internacional empezó a plantear que Argentina y el Reino Unido se tienen que sentar a discutir la Soberanía sobre las Islas”.
“Por eso, cuando planteamos que la lucha continúa, va a continuar. Y ojalá que algún día todos los combatientes de Malvinas podamos volver a ver flamear la bandera Argentina sobre las Islas”, enfatizó.
En ese relato de la historia, Rausch contó que “nos tocó hacernos cargos como jóvenes argentinos de un legado histórico, que arranca en 1806 con las primeras invasiones ingleses y continua en 1807 y en 1833 con la usurpación de nuestras queridas islas. Pasó tiempo ya, un montón. Pero hay algo que les faltó a los ingleses: sobrevivimos muchos muchachos para seguir peleando”.
Y en ese sentido, rememoró que “un 20 de junio de 1981 juramos defender la bandera que creó Belgrano. Y la seguimos defendiendo. Nos pusimos el uniforme del Ejército Argentino y de las distintas fuerzas que creó San Martín con orgullo y empuñamos un arma para matar a un enemigo, no un compatriota. Y hoy, a 38 años, no terminamos de identificar los cuerpos de nuestros compañeros Caídos en las Islas”.
“Tenemos un legado de valentía, de amor y de historia, que tiene que ver con cada uno de nuestros compañeros que hoy no está. Y también el orgullo y dignidad de cada uno de nosotros y de nuestros familiares y de nuestros afectos, que a veces nos ven con la mirada perdida, en silencio, y nos respetan. La mayoría de las veces estamos buscando a ese joven de 20 años. Pero bueno, tenemos hijos, nietos y podemos seguir peleando. Los que murieron por todos nosotros no pueden seguir peleando. Nos toca a nosotros. Y ahí estamos. Pero hay algo que nos va a acompañar hasta el último día: defender y luchar por lo que es de todos nosotros. La liberación es posible, pero tenemos que estar unidos. Y la lucha continúa y va a continuar hasta que el último excombatiente quede vivo. Y va a terminar cuando nuestra querida bandera vuelva a flamear sobre nuestras queridas Islas Malvinas”, concluyó.