Este 1° de Mayo no será igual a los anteriores para la clase obrera, en estos momentos nos encontramos en una inmensa crisis de magnitudes históricas. La pandemia afecta a todo el mundo, pero sobre todo a la clase trabajadora, y no hay labor que no se vea afectada.
Ni bien implementada la cuarentena el gobierno anunció la “continuidad pedagógica” de forma improvisada y con una “modalidad virtual”. No puedo dejar de mencionar que esto nos lleva a diversas discusiones respecto a la desigualdad social y educativa que esto genera, ya que es heterogéneo el acceso de docentes y estudiantes a los dispositivos tecnológicos y de conectividad necesarios para cualquier plan de contingencia que se pretenda implementar. Pero sí es necesario remarcar las exigencias que esta situación nos genera y que no hace más que agudizar la precarización laboral y del propio sistema educativo que venimos denunciando.
La sobrecarga laboral y sin horarios de trabajo, el hostigamiento de parte de funcionarios para cumplir metas impuestas, el riesgo de miles de docentes de perder la cobertura de la obra social y la continuidad laboral, y se profundizan las irregularidades de cobro.
Esta es la realidad respecto a las condiciones de trabajo que docentes de todo el país hoy están denunciando, pero a todo esto se suma que nosotros también estamos viviendo una cuarentena con nuestras propias familias, con las angustias que todo esto genera y con la incertidumbre de cómo será el día que volvamos a las escuela. Obras edilicias que ya eran insuficientes y ahora se hacen más que necesarias, la existencia de recursos para implementar protocolos de bioseguridad en cada institución educativa y aulas hacinadas son parte de nuestras preocupaciones actuales para un futuro próximo.
No solo la docencia denuncia situaciones de precarización. Los y las trabajadoras de la salud hoy están en la primera línea de batalla contra el coronavirus, y no es casual que en Argentina hoy tengamos la mayor proporción de personal de salud infectado por Covid-19 del mundo en relación al conjunto de infectaros.
El sistema de salud público ya estaba colapsado antes de la aparición de este virus, y la falta de insumos básicos como barbijos y elementos para diagnóstico nos indican que a pesar del discurso de que se está atendiendo la emergencia sanitaria por parte de gobierno lejos está de hacerlo.
Cuando los gremios deberían estar a la cabeza de estos reclamos y para toda la clase trabajadora, desarrollando planes de lucha contra los despidos y suspensiones hace pocos días las conducciones de la CGT y la UIA firmaban un acuerdo que solo beneficia a las grandes empresas rebajando el 25% del salario de miles y miles de trabajadores y trabajadoras de la industria y de distintos rubros, dejando más que claro que la crisis la vamos a pagar nosotros, tal como lo dijo Fernandez, cuando pase la pandemia habrá un 10% más de pobres y, por lo visto, ese es el plan. Pero esto no solo lo vivimos en este país, esto mismo se repite en todo el mundo.
Desde el socialismo revolucionario siempre hemos proclamado este día como un día de lucha, donde la clase obrera internacional se une para pelear contra el capitalismo y reivindicamos nuestro programa. Esta pandemia hace más evidente las consecuencias del capitalismo que lo único que hace es destruir el medio ambiente y asegurar la super ganancia de algunos pocos a base de la super explotación y opresión de la gran mayoría.
En este día y con un acto virtual internacionalista saludaremos a todas las y los trabajadoras e invitamos a unirse a la clase obrera combativa que pela por nuestros derechos.
* Daniela Cooper es docente, referente de Docentes en Marcha Luján en la Multicolor y dirigente de la Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U)
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