Conviven en él la nostalgia del bandoneón como también la distorsión de la viola y el grito metalero. Le saca lustre al micrófono como si lo peinara con alguna gomina del cantor del arrabal y lo sostiene con la energía de esa batería que marca un ritmo heavy o algún diapasón al 4×4 como signo de rock and roll.

Conviven en él los acordes de varios géneros musicales, porque en Fernando Herrera convive la música, toda. Y desparrama los tildes del pelo largo, de la remera sin mangas negra, del jeans y zapatillas como signo exclusivo del rock. Nada mejor que desencasillar estampas externas para compartir lo que sucede dentro… ahí donde el sentir no sabe de modas, de características fisonómicas. Adentro se siente de manera auténtica y vale entonces tanto, tanto ser eso que late como esencia. Y vale tanto tanto abrir manos, poner voz, concretar gestos y contar y cantar historias desde, en este caso, el tango.

Tan cercano, el tango. Tan parte de las baldosas de la ciudad y las luces del farol de la esquina. Tan hecho a puro zaguán, tan acodado a la mesa del bar, tan escrito a papel y rasgueo, tan llanto de fuelle, tan puño apretado y tan amores eternos. Tan fuerte el tango que ha podido seguir y ha encontrado -se ha encontrado- en encuentros con artistas como Fer Herrera, que hace de la estampa del tango, la imagen del alma.

Compartiendo las partituras del alma entonces, la cuarentena que ha querido colocar en un estante, detenidas, estas canciones, se hace a un lado ante el paso del 2×4 que establece conexión virtual trayendo arrabales pantalla de por medio, contados/cantados por la voz de este cantor que viene con la música como raíz en su historia.

“¿Cuándo este cantor se hizo…? No me di cuenta. Cantor mi abuelo, cantante mi Viejo y mi Vieja bailarina clásica. Cantaba tango y todavía ni sabía escribir, me crié entre artistas”, comenzaba contándonos y recordando aquellas primeras melodías desde su garganta.

“El primer género que escuché fue el tango. Luego me picó el bicho del rock a los 12 años aproximadamente –me gusta mucho- y tuve la fortuna de que en la cuadra de mi casa había pibes más grandes. Yo era una especie de mascota y me hicieron escuchar Pappo’s Blues, Black Sabbath, Creedence. Luego, a partir del año 1990 integré como cantante las filas de ‘Rosa Mística’, una banda de metal que me enseñó mucho y me fue muy bien a nivel popularidad. Y gracias al Heavy Metal conocí el país -pero el otro lado del país-, con ese llevar la cultura a lugares donde nadie va, porque el artista debe ser federal, siendo así, se descubre una Argentina con muchos artistas que nadie te muestra”.

Y acerca del andar con los diferentes géneros musicales, decía: “Debido a que me dedico a enseñar canto, tengo que cantar otros géneros, la música popular argentina es muy rica y entretenida para cantar. Me dedico al tango desde el 2003 de manera profesional, pero canto otros géneros también cuando me invita algún colega y subo al escenario o en las clases”.

Desde su Facebook, Fer Herrera comparte tangos a pedido del público

Tanto tango

Como esperando sobre las cuerdas de la guitarra. Como sostenido en el aire de la casa. Cómo viniendo de afuera también… todo tango.

“Desde que me levanto hasta que me acuesto mi entorno es tango. Pongo la pava y escucho a Pepe Basso con Floreal Ruiz, esa es una fija. Luego, al ser cantor del ‘Octeto Atemporal’, siempre recibo mensajes del director para ir ajustando repertorio y después ensayo mucho. En cuarentena hay que seguir ensayando, uno no se puede dejar estar con la voz. Y luego, la gente -que siempre le voy a agradecer el afecto que me brinda- me pide por las redes que le dedique tangos determinados”, detallaba sobre sus días.

Y acerca de cómo nació la propuesta virtual, señalaba: “Debido a la gran cantidad de pedidos decidí hacer ‘CuarenTango’ y recibo muchos pedidos y mucho afecto de las personas. Me dejan mensajes muy lindos y emotivos”.

Y allí, desde su página de Facebook, Fer concreta las ganas del público de escuchar los tangos que les giran en sus recuerdos y gustos, los que son interpretados por el artista con la modalidad de pista musical como acompañamiento de su voz o su propia guitarra, en un ida y vuelta totalmente enriquecedor para hacer un gran encuentro virtual y real a la vez.

Fernando Herrera, auténticamente la vida en tango

De su tango por el mundo

Con la esperanza que el mundo vuelva a abrir sus caminos otra vez, Fer ya programa su regreso a un lugar que le ha dado grandes satisfacciones: Colombia, específicamente Medellín.

“Pisar Medellín es como entrar a una máquina del tiempo. Si bien no es una ciudad que estética y ediliciamente se parezca a nuestros barrios, sí es lo mismo a nivel sentimental, es como caminar por tu barrio bonaerense de los 70: con bares muy pequeños con los parroquianos eternos, siempre tomando su copita y con tangos en el aire, con los vecinos saludándose y los pibes en las calles. Y en mis shows saben todas las letras y cantamos juntos. Hay una temperatura entre 20 y 28 grados todo el año y una sencillez y una humildad que asombra. Estoy planeando mi cuarta gira de dos meses aproximadamente, pero con la particularidad que voy a presentar mi quinto disco con tangos, milongas y valses, con temática pura y exclusivamente basada en Medellín”, decía ya vocalizando emociones que seguramente vivirá en el compartir su arte por esos caminos del mundo… con la música que hay para rato.

“Hay música para siempre, no hay chance. Sin música no se puede, los que quieran tangos me los piden por Facebook y se los envío dedicados. He tenido muchas sorpresas muy gratas con ese segmento, la gente me enviaba mensajes muy emotivos y me han comentado cosas que me han llegado al alma. Gente con enfermedades, postradas, reencuentros de muchos años. Resumiendo, lo que el arte produce no puede compararse con nada”.

Arte entonces, para sostenerse en estos tiempos inéditos de pandemia en los que el alma necesita todos y cada uno de los escalofríos de emotividad que la mantienen viva.

“Espero que este flagelo del Covid-19 pueda tener una pronta solución, mientras tanto la unión y el sentido común es lo único que nos puede ayudar a resistir. No puedo dejar de agradecerle al personal médico y toda la rama sanitaria el esfuerzo que están realizando, los recolectores de residuos, los comerciantes esenciales y las fuerzas de seguridad”, mencionaba el cantor como mensaje con melodía inevitable, con decir de música. Porque cada quien desanda, hace, usa y moldea la vida a su propio ritmo. Y Fernando Herrera vocaliza en canto de tango, a la vida.