La postal del patrullero pasando ya la conocen. La postal de los robos, cuando el patrullero se fue, también. Y lógico que lo lamentan. Lógico que quieren encontrar una solución porque a sacrificio de trabajo compraron o aún están pagando los lotes y construyen o planean hacerlo, para transcurrir sus vidas en un lugar elegido.

Un lugar que denuncian, no tiene tranquilidad ni la seguridad de conservar lo material que puedan adquirir, ya que de manera constante sufren el accionar de la delincuencia.

Acerca de esta situación, una vecina del barrio -que aún sin vivir allí, sino en el período de construcción de su casa- nos decía: “La verdad es que la inseguridad siempre fue un tema a resolver y eso está relacionado a que cuando la inmobiliaria realizó el loteo, lo que hizo fue desde las últimas cuadras que dan con el barrio lindero -Ameghino-, hacer paredes que abarcan lo que es la manzana, pero las calles quedaron abiertas y por eso por ahí ingresan las personas que sabemos que vienen de ese barrio”, apuntaba, al tiempo que señalaba que la inseguridad no apareció ante este contexto de la cuarentena, sino que ya era una situación por la que vienen atravesando desde hace mucho.

“El barrio Santa Ana tiene unas 10 familias aproximadamente viviendo, hay muchas casas en construcción y también lotes vendidos y que sus dueños vienen a ver cómo está todo, pero aún no están construyendo. Es toda gente de trabajo, que hemos comprado el lote con una entrega y estamos pagando las cuotas restantes. Y eso realmente es un esfuerzo muy grande”.

Y en esa línea, ofrecía más detalles: “Suceden robos en casas habitadas cuando las personas no están, ellos saben cuando vos no estás, es increíble, estás todo el día en tu casa, salís 15 minutos y en esos 15 minutos vienen y roban. O sea, salís y cuando volviste ya te robaron. Es como que la gente no se puede mover del barrio. La sensación es permanente de estar intranquilos. Nosotros no queríamos construir ahí porque veíamos lo que estaba pasando, pero bueno, estamos alquilando y eso hace que ya queramos tener lo nuestro. Pero esta situación también hace que la gente que vive ahí no tenga vecinos nuevos porque todos estamos con la misma inseguridad, la misma sensación de miedo. Porque uno dice ‘para qué voy a construir, a hacer el esfuerzo si lo más probable es que entren y te roben todo’. Y ni hablar de las personas que están construyendo y no toman los recaudos: les roban los pallets de ladrillos completos, bolsones de arena completos, alambran el lote y se les llevan todo el alambrado, los portones, las chapas. Roban de día, de noche, días feriados, en invierno, en verano, si llueve, si no llueve. No hay día ni horario”.

El reclamo

Decididos a pedir a las autoridades que les proporcionen una solución, la vecina, en nombre de los demás damnificados por esta situación de inseguridad, manifestaba: “Queremos lograr que cierren las calles del barrio, no nos alcanza ni nos sirve que la Policía patrulle porque se le ríen en la cara, no les importa nada. Hoy en día nos decidimos empezar a construir y cada cosa que hacemos, cada ladrillo que pegamos es un gran sacrificio porque somos personas de laburo y no queremos tener gente ‘relojeando’ lo que vamos haciendo, cuándo entramos, cuándo salimos. Por eso, queremos lograr que el Municipio cierre la calles que quedaron abiertas. Son calles que hemos arreglado, con pasto cortado, piedritas y no es que las usan para transitar cuando van a trabajar, esta gente las usan para pasar y ver qué te pueden robar”.

Y sumaba: “Queríamos ir con los vecinos el martes a la puerta de la Municipalidad para reclamar, ya sabemos que no queremos que nos digan que la Policía va a pasar porque sabemos que va un rato, patrulla y cuando se va, entran a robar. O sea, no nos convence ni sirve, queremos otra decisión más firme, algo que nos de la seguridad de poder construir ahí, la seguridad de dormir tranquilos, vivir seguros. Así que el secretario del intendente nos dijo que este lunes va a ir junto al titular de la Comisaría a reunirse en el barrio con nosotros, para ver a qué acuerdo podemos llegar. No queremos que nos digan que van a patrullar el barrio porque según ellos patrullan toda la ciudad… y así estamos. Te roban igual en todos lados. Queremos otra solución”.

Los vecinos del barrio Santa Ana se suman a un pedido generalizado de seguridad, esperando concretar el deseo y derecho de vivir tranquilos.