Brilló el filo cayendo, a fuerza de brazo humano. Brillaron los ojitos del desamparo cerrados de golpe cuando el filo pasó y cortó. La herida dolió inimaginablemente. La maldad accionó impune. La oscuridad de una persona como para pensar y ejecutar un plan capaz improvisado, puso una hora macabra como parte de una historia donde indudablemente hay alguien inocente: el animal. Desde todo punto de vista, inocente. ¿Pudo haber ladrado de más? ¿Pudo haberse comido algo que no le correspondía? ¿Pudo atacar a alguien defendiendo vaya a saber qué. Sí, pudo, quizás. Pero nada justifica que una persona haga lo que sin rodeos describen estas palabras: tomar un machete, cortarle las dos patas de atrás, cavar un pozo y semienterrar al animal, así, amputado, vivo, sufriendo el horror del dolor y con la instintiva desesperación por aferrarse a la supervivencia y tratar de salir de la tierra que le hundía los muñones en carne viva, con el alma convertida en una llaga quemándole la vida.

Oscuridad

Esa oscuridad total es el hablar de lo malo en esta historia. No puede haber palabras que ni siquiera iluminen alguna mínima justificación. En cada palabra podría estar la mayúscula para remarcar o describir de la más intensa manera la maldad humana…la maldad en este humano que tiene un protagonismo del que ojalá ni hubiéramos tenido que escribir, porque si duele escribir de esto, lo que habrá dolido ser la otra protagonista de la historia… de esta historia en la que lo oscuro puso manto de herida y tierra, de desprecio y violencia, de postal real de la peor faceta humana y la más triste vulnerabilidad animal.

Luminosidad

Y a toda la oscuridad, el brillo del bueno le puso un revés al destino de muerte lenta y la vida corrió rápido para desenterrar, abrazar, curar y esperanzar a la víctima: una perra de aproximadamente 6 o 7 años que ahora está al cuidado de la gente del Círculo de Amigos del Animal Callejero “Manos x Patas”, en esta etapa de tratar de hacer que la perra pueda recuperarse. Ahí, en cada limpieza de heridas, en cada plato de comida, en el arrope de mantas para que se sienta abrazada, en el nombre por el que ahora la llaman, en las curaciones y la esperanza, está la parte luminosa de la historia.

La historia

El alerta llegó desde una vecina que llamó a otra y esta se acercó con su marido para verificar lo que le habían avisado. Constatada la información, de manera urgente y desesperada, se llamó a los Bomberos, se pidió presencia policial, pero no se podía esperar por demasiado “protocolo” o “cierta legalidad”. Entonces, esa vecina y su esposo ingresaron, desenterraron a la perra y la llevaron lejos del horror: su “dueño” le había segado las patas traseras y la había semienterrado en su patio. Luego se contactó a proteccionistas, que de manera veloz llevaron a la perra al veterinario, quedando internada la primera noche, para que luego y a partir de ahí comenzara un largo camino que llevará paciencia, voluntad, esfuerzo económico… pero que tiene el gesto de amor lado a lado de este camino, que ojalá se abra en el más lindo tiempo para “Lili”, bautizada con el nombre de la persona que fue parte imprescindible de su salvataje.

“Lo que sentimos cuando nos pasa algo como esto -hablo en nombre del grupo- es como que nunca nos dejan de extrañar estas cosas, siempre nos sorprenden. En el caso de Lili, la verdad que es terrible y nunca nos había tocado participar en algo parecido. Nosotros nos hicimos cargo una vez que Lili ya estaba rescatada. Los sentimientos son encontrados… nunca vamos a comprender por qué una persona puede hacer eso, porque amamos a los animales entonces no podemos saber qué puede pensar alguien haciendo esto. Pero sí sentimos mucha bronca, mucha impotencia, mucho dolor. Y después de todo eso lo que hacemos es actuar y actuar con la impotencia, con la bronca y con el dolor a cuestas”, nos relataba Patricia Rodríguez, parte de “Manos x Patas”.

Y agregaba: “Particularmente yo no me detengo a pensar qué le pasa por la cabeza a una persona que actúa así, porque no lo entendería. Si me explicaran realmente lo que le pasa, no lo entendería tampoco, entonces trato de hacer fuerza y ahora que tengo a Lili en casa, curarla, cuidarla y darle mucho amor todo este tiempo y lo mismo las chicas del grupo”, sostenía Patricia remarcando que fue realizada la denuncia en la Comisaría Luján Primera por maltrato animal: “Nosotros lo hicimos desde nuestro accionar y manifestamos en la misma que tenemos al animal del que nos hicimos cargo a partir del mismo sábado”.

Y acerca de la víctima, detallaba: “Llegó en muy mal estado general, con sus patitas amputadas, una de sus patitas suponemos que es una lesión anterior –de unos cuantos días- y la otra era reciente, eso básicamente fue lo más grave, pero ante todo había que estabilizarla. El tratamiento va a ser largo, es una situación grave, no sabemos cuál podría ser el pronóstico, en principio lo que estamos haciendo ahora es curar las heridas de sus dos patitas, estamos en eso y en un proceso de estabilizarla para que ella mejore en todo su estado general para en un futuro ver si se puede hacer una cirugía. Pero por ahora hay que levantarla de su estado que es grave y preocupante, así que está tomando antibióticos, hay que levantarla en peso también para luego ver cómo seguir. Pero Lili le pone mucha onda… muchas ganas… y bueno, vamos para adelante”.

Colaboración

Lógicamente, se pide la colaboración de la comunidad que pueda sumar ayuda para tantos casos y para este en particular, porque siempre hay algo que podemos extender desde la puntita de los dedos, para que sumado a lo que aportan otros, se haga una gran ayuda.

“Siempre necesitamos la ayuda de la gente, a quienes les agradecemos porque han colaborado mucho con Lili. El mensaje de esto sería que nos involucremos muchos más en pedir que haya una ordenanza municipal para que se pueda tratar con más asiduidad el tema del maltrato animal, que la gente, los vecinos se involucren, que se animen a hacer denuncias en el caso que corresponda, que como en el caso de Lili algunos tomen coraje y saquen al animal, como hizo la otra Lili. Necesitamos que la gente tome mucha más conciencia, no solo del maltrato animal al nivel de lo que ha pasado en este caso, sino a nivel general: perros que dejan sueltos en la calle, perros a los que no le dan de comer, perros que viven atados, un perro al que se lo golpea, todo eso es maltrato animal. Tendríamos que trabajar un poco más con todo eso para que la gente que tiene animales sea más consciente de eso”.

La parte oscura es la persona que hizo esto. Ya no se lo puede describir más.

La parte esperanzadora es el pedido de justicia, que se cumplan las leyes, que una denuncia de maltrato animal sea atendida como corresponde, que todos sepamos que podemos denunciar, que se tendrá en cuenta esa denuncia, que se contemplarán las penas correspondientes y que los animales no estén tan vulnerables y a merced de la maldad humana.

La parte luminosa es esta perrita. Ahora sin sus patas de atrás pero con el alma que ya deja de arderle y empieza a ser el alma tan increíble que todo perro tiene. Guau Lili! Ojalá vuelvas a ladrar!