No hay otra imagen para describir lo sucedido. Y esa imagen es la de la niñez, ante la mesa, esperando un bocado que no llega. Una postal del dolor más certero en el medio de las tripas, ahí donde además también hace eco el dolor del corazón cuando de tremendo acto repudiable se habla: robar mercadería destinada a alimentar la niñez. }
La Escuela Primaria Nº 2 “Bernardino Rivadavia” nos tiene acostumbrados a las lindas noticias, esas que colorean el camino y sentir docente cuando su comunidad avanza en educación, en logros, en alegrías materiales y del alma.
Pero esta vez, tal como informaron a LUJANHOY, es un domingo gris a pesar del tremendo cielo celeste que pinta el noviembre. Hoy, en horas de la madrugada, les robaron a todos ellos, a la niñez en general. Les sacaron el bocado de la boca y les dejaron el gusto amargo de la violencia que tiene la delincuencia, la cual esta vez entró, rompió y robó en la Escuela N° 2.
Mauricio Palacios, director de la institución educativa, con su siempre presencia en el lugar y en la tarea, daba este medio detalles de lo sucedido: “Fue a la madrugada, la denuncia consta que pudo haber sido entre las 0 y las 6 de la mañana. Entraron por una ventana de un aula que da al patio de los chicos. En realidad, primero ingresaron por el portón que da a la avenida Constitución y de ahí se dirigieron por el patio –como de la calle no se ve porque está todo tapado por los chapones-, fueron hacia esa ventana, cortaron una de las rejas, le sacaron uno de los barrotes, entraron por ahí y bueno…”
Y en ese “… y bueno” se condensa la amargura, la impotencia, el dolor de no solo el personal docente de la escuela sino de todos al enterarnos de hechos tales como este.
Mercadería robada no se compra
Ese sería el pedido: no comprar mercadería de dudosa procedencia, porque podría ser la que le quitaron a la niñez de la Escuela Nº2.
“Lo que se llevaron fueron 70 kilos de azúcar, 60 litros de aceite, 40 kilos de arroz. Se llevaron también dos cajas de tomate de puré -cajas que contienen 24 unidades cada una-, tres cajas de dulce de leche –lo mismo, aclaro, cajas cerradas, bultos cerrados- y también otra caja cerrada de puré de papas”, detallaba el director acerca de lo robado, que realmente es una gran cantidad por lo que habrá sido más de un delincuente el que ingresó al lugar.
“La mercadería llegó el viernes al mediodía y nosotros -un grupo de maestros- nos encargamos de ir y armar los bolsones que se iban a entregar entre el martes y miércoles. Y todavía quedaban bolsones para armar. Así que esta entrega quedó en stand by ya que no sabemos qué vamos a hacer”, señalaba con el dolor en la voz la docente Romina Miraglia, que esta vez en lugar de contarnos los lindos hechos de la educación por entre las lindas aulas de esta escuela que ha venido creciendo en proyectos, sumaba su tristeza e impotencia.
Y hacía un pedido: “Estamos difundiendo para que esta gente no pueda vender la mercadería. Si por lo menos no la recuperamos, que no la vendan o que alguien que los vea vendiéndola o se las ofrezcan, denuncie esto y nos avisen. No se si vamos a poder recuperarla, pero por lo menos que no la vendan”, remarcaba.
Así de triste: le sacaron la comida de la boca a la niñez. Tremendo gesto de irrespetuosidad dejarle las tripas sonando a los chicos. La Escuela Nº 2 fue violentada y robada. Y eso nos duele a todos.