Foto: Conferencia Episcopal Argentina

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, presidió el sábado una misa en la Basílica Nuestra Señora de Luján bajo el lema “A ti confiamos la causa de la Vida”, que dio comienzo a un triduo pastoral convocado por el Episcopado en vísperas del tratamiento en el senado del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados.

En la antesala del debate por la despenalización del aborto en el Senado, Ojea llamó a una “serena reflexión” a los legisladores y los instó a que “no renieguen de sus convicciones más profundas”.

El obispo de San Isidro analizó también la situación de la Argentina y señaló que la pandemia de coronavirus mostró las “gravísimas inequidades, deficiencias estructurales y sin que faltaran mezquinos intereses en algunos, así como la negación de la realidad en otros”.

La Eucaristía estuvo concelebrada por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina; monseñor Carlos Malfa, obispo de Chascomús; monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján, y monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires.

“Llevamos al corazón de la Virgen este año que termina, en el que la humanidad está atravesada por una crisis sanitaria que nos deja expuestos en todas nuestras fragilidades. Con esta dura prueba una vez más quedó en evidencia de las notas más preciadas de nuestro pueblo, la solidaridad”, expresó en el inicio de la homilía.

Luego, se refirió al proyecto que será debatido este martes: “En medio de este contexto excepcional no podemos ocultar nuestro dolor ante el proyecto de ley del
aborto. Públicamente hemos expresado la inoportunidad de dicho proyecto, no porque pensemos que hay un tiempo propio para presentarlo, ya que es muy conocida la posición sobre este tema de millones de personas creyentes y no creyentes, sino que cuando hablamos de tiempo oportuno, nos referimos a la sabiduría de leer en profundidad lo que se está viviendo, la magnitud y la complejidad de la crisis que atravesamos, para poner nuestras mejores energías en resolver los problemas que nos urgen hoy: la necesidad de establecer acuerdos fundamentales desde la dirigencia política económica y social que nos permitan mirar hacia adelante priorizando tierra, techo y trabajo para todos, promoviendo estilos de liderazgo que puedan perseverar en un proceso que llevará mucho tiempo y esfuerzo y buscando siempre sostener lo que nos une y no instalarnos en lo que nos divide”.

Y añadió: “Esta Navidad nos encuentra en un momento histórico en el que necesitamos una ardua reconstrucción de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones y de los lazos fraternos. Muchas cosas se han roto y necesitan ser sanadas”. Y preguntó: “¿Por qué no renovar la esperanza?”.

A su vez, dijo que “no podremos construir si se le suelta la mano al indefenso, si se desconocen los derechos al más débil y al más pobre. Este es un principio de ética humana, prerreligiosa, que está sostenido por la ciencia médica y el derecho”.

En tanto, recordó que “cuando el doctor Tabaré Vázquez, expresidente del Uruguay que acaba de fallecer, vetó la ley del aborto en su país, no se basó en sus creencias ya que se había declarado agnóstico, sino en la conciencia de un médico que sabe perfectamente cuándo comienza el maravilloso acontecimiento de la vida humana y que hizo un juramento para defenderla”.

“María nuestra madre, eligió la vida amenazada de un niño en el pesebre, la defendió con valentía de Herodes y sus soldados, la acompañó a lo largo de la vida pública de Jesús y la acompañó hasta la cruz, el momento más duro y terrible. Este año el pueblo argentino cuidó la vida, la protegió, la alimentó, la curó, la lloró, la defendió de la pandemia, del hambre, de la falta de trabajo y de la miseria. Por eso estamos convencidos de que con María de Luján el pueblo seguirá eligiendo siempre toda la vida y todas las vidas”, sostuvo.

Por su parte, afirmó que “la Argentina de la pospandemia será fruto de haber entendido bien esta crisis y dependerá también de nuestra capacidad de revisar conductas, aprender de lo vivido y de la necesidad de crear nuevos estilos de vida más solidarios y más fraternos”.

Y por último, dirigiéndose Virgen de Luján, dijo: “”Madre del Pueblo argentino, vos que sos capaz de transformar una cueva de animales en la casa de Jesús con unos pocos pañales y una montaña de ternura, te pedimos que detengas tu mirada sobre los legisladores que tendrán que decidir sobre un tema de delicadeza tan extrema; que pueda provocar una serena reflexión en sus mentes y en sus corazones, que no renieguen de sus convicciones más profundas, para que todos los invitados al banquete de la vida puedan ser recibidos por un pueblo que sabe crear las condiciones de justicia necesaria para que cada uno tenga su lugar en esta mesa grande, sin excluir a nadie ni privilegiar a algunos”.