Los cielos a veces no tienen el color de nuestra bandera, pero aun cuando cualquier tormenta -climática o como esta tan inesperada de la Pandemia- pusiera otra coloración allá arriba, acá abajo la tarea no cesa. Se sigue izando en el alma cada día, la bandera con un símbolo que al medio del pecho late con sonido de viento y mar: las Islas Malvinas, hechas latidos, se expanden en memoria y derecho, en pertenencia y deseo de abrazo, en sueño concreto de volver a cantarles los mejores versos como se le canta a la Patria toda.
Ahí también, en esa extensión del suelo argentino. Conmemorándolas siempre y conmemorando la gesta que creó héroes y nos trajo a lo cotidiano los actos de solidaridad de cada uno de ellos, es que por entre las instituciones que agrupan a los ex combatientes, en este caso hablamos de quienes le dieron forma a la Sala de Exposición Permanente de Malvinas Luján, un espacio destinado a los recuerdos en objetos, testimonios gráficos, fotografías y demás pedacitos de historia, una Sala que además de abrirse para el aprendizaje y acción de mantener a Malvinas en el hoy, también generó una actividad de esas tan necesarias: la ayuda solidaria a diversos espacios comunitarios necesitados de cosas materiales y… de la emotividad del abrazo malvinero.
Con un año de mucha actividad solidaria, la Sala Permanente de Malvinas solo frenó ese andar apenas por un mes: fue el tiempo en el que uno de sus referentes, el veterano de Guerra Julio Mena, contrajo coronavirus y debió permanecer internado. Ya habiendo pasado ese momento difícil y con la feliz mejoría, la actividad se retomó y con él dialogamos precisamente acerca de un año especial, de lo que viene en lo inmediato y de lo que ya proyectan para este año que ya estamos transitando.
“Una vez que salí de la internación -a fines de septiembre- ya arrancamos de vuelta con las donaciones de mercaderías en comedores, en merenderos, no paramos, seguimos haciendo actividad”, decía Julio mencionando que cerraron el año con un gran evento para recaudar mercadería para las Fiestas y distribuir en los diversos espacios necesitados, desde un encuentro realizado a plena Avenida Nuestra Señora de Luján, con más de 90 colectivos y autos antiguos del Gran Buenos Aires, jornada que concentró muchas visitas aquel domingo 20 de diciembre, con los protocolos establecidos y el objetivo solidario cumplido.
El abrazo malvinero
La comunidad atenta, siempre ofrece ese abrazo. Y ellos lo traducen en ayuda a otros. Es un círculo donde las emociones y el mensaje permanente de Malvinas, transcurre y transcurrirá de generaciones en generaciones. Para eso, siempre malvinizando y ahora ya en los inicios de este 2021…
“La comunidad siempre nos ayudó, siempre colaboró, siempre nos apoya, nos acompaña, realmente saben cómo trabaja la Sala Permanente de Malvinas, entonces nos hemos encontrado muy apoyados, nos han solicitado mucha colaboración, mucha ayuda, realmente cuando la Sala levanta los brazos o pega el grito para ver quién puede colaborar o ayudar, toda la comunidad se acerca, gente de acá, gente del gran Buenos Aires y demás”, decía Julio Mena remarcando que por entre las ayudas solicitadas, no se recibe dinero, sino alimento, ropa, calzado o algún artículo puntual en también cierto momento puntual.
Y como nada los detiene, ya andan en este 2021 marcando fechas en este almanaque que ojalá sea un buen año luego del 2020 que nos dolió a todos.
“La Sala Permanente de Malvinas sigue trabajando. Este 12 de febrero estaremos saliendo para San Luis, San Juan y Mendoza llevando tres imágenes de nuestra Madre, la Virgen de Luján, para que quede en un monumento en cada provincia una actividad que pensábamos realizar este año pero fue suspendida por la cuarentena, así que saldremos este viernes, regresando el 24 de este mismo mes tras recorrer esas tres provincias para que en el monumento de cada una de ellas a los Caídos por la Patria, quede una imagen de la Virgen de Luján”, mencionaba.
Y sumaba un detalle bien emotivo: el domingo 7 de febrero las imágenes de 60 centímetros de la Virgen fueron bendecidas en la misa de las 19.30 en la Basílica, hecho colmado de emotividad. De manera que, al regreso de esta travesía de memoria, historia y fe, seguirán con otra actividad de la que Julio decía: “Los mineros de Río Turbio están preparando una imagen de la Virgen en carbón, nosotros en marzo le vamos a llevar una imagen de 60 centímetros de acá que va a quedar allá con ellos y vamos a traer esa imagen tallada para que quede en la Basílica. También estamos preparando en el museo que se encuentra en la calle Dr. Merlo 1136 –entre Lorenzo Casey y María Ester Pérez- la sala donde vamos a pasar documentales y películas de Malvinas para que las puedan ver los colegios que nos quieran visitar, estará abierto a la comunidad, con entrada libre y gratuita, manteniendo viva la causa Malvinas en honor a quienes entregaron la vida por nuestra querida Patria. Y en agosto o septiembre tenemos previsto llevar ropa, calzado y otros elementos a cuatro colegios de Catamarca”.
Y todo eso, sumado a las actividades ya tradicionales como la buseca del 9 de Julio, el guiso de lentejas que realizan cada mes de agosto, la llegada con su chocolate para los chicos de diferentes barrios en el Día del Niño y demás movimiento solidario que de manera permanente, realizan.
“El fin es seguir enarbolando la causa Malvinas, como decimos siempre: ‘Prohibido Olvidar’. De esta manera estamos siempre tratando de estar con la causa y siempre agradeciendo a la gente todo lo que nos dan, todo lo que nos apoyan permanentemente y recordando a aquellos que entregaron la vida por la Patria. Esto es una manera de agradecer, así trabaja la Sala Permanente de Malvinas en Luján”, remarcaba mencionando a otras instituciones y actividades que se han reunido para trabajar en conjunto: “Trabajamos con Nubes Mágicas Luján, con Choferes Solidarios Luján, con el carrito ´La Salteña´ que son unas chicas de Morón y Tardes Gauchescas que es un programa de radio en Radio Mi País…hemos armado un grupo bastante grande en lo que es colaboración y trabajo y nos sentimos muy cómodos y con mucha actividad y teniendo la causa presente siempre”.
Presente en este presente, para que Malvinas esté en el mañana. Porque ayer, en aquel ayer, los muchachos argentinos ofrendaron su vida por ese tramo de la Patria que se ama y que aún duele. Y los que volvieron, con el dolor hecho amor, con ese amor hecho memoria, siguen anteponiendo a los vientos el pabellón celeste y blanco que se eleva más alto bajo cada cielo de cada día, cuando las manos que sostienen el asta son manos repletas de solidaridad.
