Foto: Yanil Auce

La llegada de la segunda ola de coronavirus se siente con fuerza en Luján desde hace varias semanas. A tal punto, que los casos positivos vienen superando ampliamente a los peores registros de 2020. Sobre esta situación y su impacto en el sistema sanitario habló con LUJANHOY el doctor Norberto Hernández, presidente de la Asociación de Profesionales de Carrera Hospitalaria del Hospital Municipal y vicepresidente de la Asociación Médica de Luján

¿Preocupa la gran cantidad de casos positivos que se confirman diariamente?
– Son muchos los casos, es cierto. Pero yo suelo hacer cortes semanales por una cuestión de la forma en la que se cargan los datos. Y a veces no reflejan el trabajo que nosotros vamos viendo en el servicio. Por eso, yo en lo personal voy juntando varios días y siguiendo la evolución de la cantidad de casos. Pero además, para aprender un poquito a utilizar esa información, cuando nos dan los casos positivos también nos dan los descartados pero también los casos es estudio. Y ese es un dato muy importante, porque la positividad de esos casos que tenemos en estudio, que han sido hisopados y todavía tenemos pendiente el resultado, es muy alta. Y eso es lo que va a dar en definitiva la cantidad de casos y lo que nos va a preocupar cuando veamos que la cantidad de casos sigue siendo alta. ¿Por qué? Porque esa positividad de los casos en estudio todavía sigue siendo alta, en algunos casos ha sido del 50 por ciento, y eso es mucho.

¿Cómo es el control de los pacientes hasta que son dados de alta?
– Cuando hablamos de pacientes recuperados también tenemos que contabilizar a aquellos que por una evolución muy leve son controlados en forma domiciliaria. Nuestro trabajo asistencial no termina en el Hospital o en el centro de atención primaria, porque muchos trabajadores de la salud -no solo médicos, sino también enfermeras, licenciadas en psicología y odontólogos que se van a empezar a incorporar- nos acompañan con el control domiciliario de los pacientes que han dado positivo y de sus contactos estrechos. Y por suerte, un alto porcentaje de esos pacientes positivos tienen una sintomatología leve, no tienen comorbilidades y van teniendo una evolución favorable que nos permite seguirlos en sus propios domicilios. Y ese es un dato importante de aclarar, primero para que la gente sepa que la persona afectada es mucha, pero la evolución leve. Y eso es lo que nos permite mantener un servicio de atención que no desborde.

“Si tuviera que decir cuál es la palabra que grafica la situación del personal del salud, es la de agobio”, sostuvo el Dr. Norberto Hernández.

Desde tu experiencia, ¿en qué estado se encuentran los profesionales de la salud después de más de un año de trabajo sin descanso, conviviendo en todo momento con un alto riesgo?
– Los médicos sabemos de los riesgos que tenemos al desempeñar nuestra tarea. Obvio que nadie pensaba en esta magnitud en cuanto a una pandemia. Si bien es una pandemia cuando es a nivel mundial, en mi caso desde lo profesional es la tercera epidemia que me toca: no nos olvidemos que hubo en un momento cólera, después vino la Gripe A y ahora tenemos el Covid-19. Y obviamente este, por la gran transmisibilidad que tiene y porque era un virus nuevo que no revestía ningún antecedente en la bibliografía que nos permita conocer de antemano qué comportamiento iba a tener el virus, nos tenía muy preocupados. Y desde el punto de vista humano, con los temores propios que puede tener cualquier persona, porque somos profesionales y sabemos a lo que nos atenemos, pero nadie deja de tener temor. Obvio que cada uno lo maneja de diferente manera. Y cuando uno flaquea, para eso es el trabajo en equipo, para eso estamos los compañeros de trabajo, tratando de que la tarea sea bien distribuida. Y a diferencia de lo que pasaba el año pasado, este año prácticamente todo el personal de salud está vacunado. Y esto nos trae cierta tranquilidad, pero seguimos con los mismos cuidados, utilizando los equipos de protección. Y si tuviera que decir cuál es la palabra que grafica la situación al personal del salud, es la de agobio. Nosotros hemos mantenido un nivel de adrenalina muy alto y lo que viene nos va a exigir al máximo.

¿Y cuáles son las herramientas para contrarrestar lo que se viene?
– Si queremos lograr que en algún momento esta pandemia se termine, tenemos la intervención más importante que tiene que ver con las vacunas. Si hay alguna intervención que ha cambiado la historia de la humanidad es el descubrimiento de las vacunas. Por lo tanto, hay que escuchar muy bien y ver muy bien desde dónde viene la información, porque hay grupos minúsculos que hablan mal de la vacuna o confunden con la información. Y esto es totalmente rebatido por la realidad. Y también está el compromiso social, esa es otra de las herramientas. Si no logramos que la gente pueda medir bien la dimensión de lo que estamos viviendo e incorpore las normas de cuidado, esto se va a hacer mucho más largo. Dependerá mucho de nosotros, porque hemos hecho muy mal las cosas como sociedad y hoy tenemos las consecuencias. No es momento de caerle a nadie y hay que mirar para adelante. Pero siempre es un buen momento para barajar y dar de nuevo. Entonces, tomemos las medidas que correspondan.

¿Cuál es la situación respecto de la ocupación de camas en el Hospital?
– Venimos manejando niveles muy altos de ocupación de camas. Se está hablando de la apertura de centros comunitarios para el cuidado de los pacientes leves que, por cuestiones sociales, no pueden hacer el aislamiento en su domicilio y aquellos otros que por una cuestión clínica o leves de sus síntomas pueden hacer el aislamiento en otro lugar que no sea en una cama el Hospital. Esta herramienta es muy importante y nos va a permitir descomprimir la internación, porque hoy por hoy las posibilidades que tenemos frente a estos pacientes es internarlos en el propio Hospital. Y eso nos va a permitir optimizar esos recursos que tienen que ver con la internación, con la cama hospitalaria, para los pacientes de moderados a severos o con comorbilidades que nos lleven a un seguimiento más estrecho.