Entre las medidas dispuestas por el gobierno nacional para frenar el aumento de casos positivos de coronavirus que pone en riesgo el sistema sanitario, se encuentra la suspensión de clases presenciales.
Sobre esta situación, su impacto y la mirada y opinión de las familias de personas con TEA, se expresó la Asociación Civil Autismo Luján.
Compartimos el texto:
Autismo, escolaridad y pandemia
Ante la difusión a nivel nacional de la problemática de familias con integrantes diagnosticados con Trastornos del Espectro Autista (TEA) durante la pandemia y la reciente suspensión de las clases presenciales, sentimos la necesidad de manifestarnos al respecto para aportar nuestra mirada.
Los niños y las niñas dentro del espectro autista tienen necesidades educativas como cualquier niño o niña, aunque requieren de adecuaciones y apoyos específicos que gradualmente la institución educativa está incorporando para que puedan desarrollar conocimientos, habilidades sociales y autonomía entre otras muchas competencias.
Entendemos como Asociación que lucha por los derechos de personas con Autismo, que al igual que para el resto de los niños y las niñas, la Escuela es el ámbito privilegiado de socialización secundaria. La familia, como espacio primario, impactará en la forma en que las y los niños afrontarán este estado de crisis e incertidumbre, por eso hay que actuar con cautela: la no presencialidad significará “catástrofe” o una oportunidad de “cuidarse mucho” según cómo actuemos los grandes.
Sin embargo, en las difíciles circunstancias que nos toca atravesar como sociedad, queremos expresar que así como queremos lograr todo lo mejor para ellos y su desarrollo, también deseamos que sea en un ambiente sano y evitando todos los riesgos innecesarios. Muchos niños y muchas niñas del espectro tienen otras condiciones de salud asociadas que los ubican en una situación más vulnerable que a otros y otras frente al Covid 19.
Las últimas medidas de cuidado impuestas por las autoridades nos llevan nuevamente a la virtualidad educativa. En este sentido, podemos decir que la aceptación de niñas y niños con TEA a los dispositivos electrónicos como los teléfonos, tablets o computadoras son muy diversos. No podemos generalizar cuando hablamos de Autismo, puesto que cada persona es única y requiere de apoyos para que la tecnología adquiera un verdadero sentido educativo. En este punto, instamos a la comunidad educativa a interiorizarse sobre softwares y programas informáticos dirigidos específicamente a personas con TEA que pueden simplificar la tarea.
Entendemos con claridad que los dispositivos para la educación virtual o a distancia han probado ser una herramienta útil para acortar algunas distancias aunque sabemos que han ensanchado otras y ello debe resolverse con prioridad. Y más allá del acceso a las tecnologías, las familias con integrantes con autismo no necesitamos pandemia para saber lo que es que nuestros hijos e hijas no vayan a la escuela: sufrimos la falta de vacantes y la discriminación del sistema y una vez obtenido el ingreso padecemos la expulsiva burocracia escolar. Estas cuestiones también deben ser solucionadas con prioridad.
Desde el inicio de la Pandemia por allá en marzo de 2020, a las familias con miembros con discapacidad no sólo se nos ha cortado la escolaridad, se han desdibujado servicios esenciales que aún no se proveen adecuadamente. Entre ellos contamos terapias de psicología, terapia ocupacional, psicopedagogía, acompañante terapéutico y se nos han pospuesto como a muchos otros y otras, los turnos de neurología, psiquiatría, clínicos, entre las especialidades más demandadas. Esto generó retrocesos importantes en los tratamientos, tiempo valioso y mucho esfuerzo pero consideramos que la salud de nuestros niños y niñas, así como el cuidado de las y los cuidadores es lo fundamental en esta etapa.
Desde Autismo Luján, entendemos que pese a los inconvenientes que generan las nuevas medidas de cuidado debemos acatarlas con compromiso para cuidarnos y cuidar a nuestros seres queridos.