Atajando los dolores, los miedos, la primera necesidad. Poniéndole una silla a las angustias para que se hagan respiros pausados, se calmen, se trastoquen en espera cálida, en mano aferrada, en palabra certera y acción profesional. Construyendo instantes de tarea a conciencia y alma. Repicando pasos de pasillos, abriendo puertas de internaciones como trinchera y abrazo.
Uniformes que circulan, permanecen y están como palabra, acción y realidad. Están. Ahí, el personal de enfermería, ejerciendo lo aprendido, haciendo lo debido y ofreciendo lo sentido. Un trabajo al que sin alma, le quedaría grande ese uniforme. Pero… calza justo, lo llevan con el orgullo de estar ahí, en actividad, para los cuerpos y las almas. Porque la atención y cuidados sana enfermos y les acaricia el alma.
A plena pandemia, más que nunca o mejor dicho, como ojalá sea siempre, a saludar y homenajear al personal de enfermería en este día especial del almanaque.
Latidos, historia, uniforme
Tanto es el personal de enfermería… Tanto le agradecemos…Y ponemos en las palabras de Cecilia Peressutti -enfermera del sector de Neonatología del Hospital Nuestra Señora de Luján- las palabras de todos aquellos que han decidido alguna vez y decidirán, ser enfermeros, enfermeras, trinchera y abrazo.
“Esta tarea aparece en mi vida como actividad laboral porque estaba estudiando auxiliar de enfermería y me ofrecen trabajar. En lo personal, la elección de esta profesión fue el servicio al otro” nos contaba Cecilia desde este día especial en el almanaque y parte de los días de intensa labor, más aún teniendo en cuenta la situación epidemiológica.
“Por supuesto que acá se deja en cada paciente un pedazo de nuestra alma”, sostenía como bandera y sentir esta enfermera que transita sus días en el sector de Neonatología.
“Las emociones son variadas pero los valores y el sentimiento hacia el otro es el mismo a través de los años”, mencionaba desde su decisión de “formarme desde lo académico”. Formación que es parte de la fuerza necesaria y la claridad en la convicción del camino elegido, que les permita afrontar las más diversas situaciones: “Si hay miedos, a superarlos junto al equipo de trabajo. Somos un conjunto de personas desde médicos, enfermeros, técnicos, muchas personas al servicio de la salud. Hay historias que duelen más que otras. Y ahí estamos, hacemos lo más humanamente posible”.
Pero el año 2020 puso un tiempo inesperado… con las incertidumbres de lo desconocido a nivel científico, pero con la preparación emocional y profesional para afrontarlo: “En Salud o desde Enfermería, siempre se habla o te entrenan para grandes momentos como es una Pandemia”.
Y ante la realidad de la intensidad en el trabajo que estuvieron y están afrontando, remarcaba: “Como enfermeros vivimos una situación en la cual no nos sentimos respaldados o cuidados por nuestros superiores. Nos sentimos súper exigidos” decía Cecilia a modo de reclamo, a modo de sincerar y poner bien visible, la situación laboral.
“Creo que todos hemos crecido al tener que convivir con este virus. Mi tarea como enfermera de Neo es especifica y se realiza en un área determinada. Y tengo colegas que pertenecen a otras áreas que son áreas tan importantes y admirables como la mía”.
Y sumaba un agradecimiento que recibimos, por supuesto: “Un placer que por este medio difundan nuestra labor”. Pero lo moldeamos en palabras de agradecimiento para todo el personal de enfermería de todos y cada uno de los rincones más cercanos y lejanos en el mapa.
La enfermería es profesión de acompañamiento, de responsabilidad, de mirada, manos y palabras. En todos los tiempos, ha sido fundamental. Hoy, viviendo en Pandemia, la profesión se erige como trinchera y abrazo. Gracias, gracias por tanto como eso.