A todo encuentro fue el día, aún con la distancia de estos tiempos de Pandemia, pero construyendo ese verdadero encuentro que puede ir más allá de un abrazo y se puede sentir más interiormente, porque fue estar cerca de la historia y de la Fe, en una fecha especial: 23 de julio, conmemoración del aniversario número 60 de la fundación de la Capilla San Francisco de Paula, enclavada a todo corazón de Olivera y que tuvo un trabajo previo de mucho esfuerzo para que el día fuera un verdadero homenaje.
“Fue una semana de mucho trabajo, se limpió la capilla con la hidrolavadora, se la pintó, se limpió la Ermita, se pintaron las rejas, se arregló y ordenó todo”, decía a LUJANHOY Graziella Macagno, vecina siempre entusiasta, parte de este grupo de trabajo y directora del Museo Donato Macagno.
Y por entre el relato de todo lo puesto en marcha para este emotivo día, remarcaba un hecho puntual simple pero muy significativo a la vez: “Siempre para esta fecha, mi mamá nos da las primeras camelias que florecen y este año no nacían, luego había unos pimpollitos muy chiquitos, pero de repente florecieron todas. Tuvimos más de 50 camelias que llevamos con mucho cuidado y nos alcanzó para todos los arreglos florales, para el adorno en la imagen de San Francisco de Paula, para colocar el todos los bancos”, decía Graziella como un gesto de esos que se anhelan y se cumplen.
“Se trabajó muchísimo, fue una muy linda manera de trabajo, fuimos todos uno, un placer enorme trabajar así, gente tan linda, un gran compañerismo y se notó el resultado, fue muy lindo todo lo vivido”, manifestaba. Fue el pasado 23 de julio entonces, conmemorando el 60° aniversario de la Capilla de Olivera, cuando la comunidad se concentró en el Jardín de Infantes del pueblo para recorrer diversos puntos acompañados por la música de la banda Rerum Novarum, por diferentes instituciones con sus representantes, miembros de la historia del pueblo y la Capilla, familias, amigos, vecinos. Y fue con aplausos, con Fe, con la historia siempre viva que recordaron con un vídeo institucional, entre ofrendas y recuerdos.
Y también degustaron juntos las tradicionales tortas fritas elaboradas por Víctor Correa y el exquisito chocolate que fue la sabrosa ofrenda desde el Grupo Scouts y la guía evangelizadora del Padre Javier, actual cura de la Capilla.
“Vino mucha gente, todos muy emocionados. Yo muy agradecida por haber estado en el grupo de organización. La verdad que en este contexto de Pandemia, realizar esto, reencontrarnos con toda esta gente realmente fue muy emocionante. Realmente salió impecable, fue todo como una iluminación del cielo”, aseguraba Graziella que fue parte de ese día especial, junto con tantos vecinos y descendientes de las familias pioneras de esta historia que tuvo un punto cúlmine el 23 de julio de 2021: sonaron las campanas de la Capilla. Una melodía de Fe que atravesó la emoción de toda la gente presente, que conmemoró la especial alegría de tener en el pueblo, su tan linda y querida capilla San Francisco de Paula.
ACERCA DE SAN FRANCISCO DE PAULA
El Santo nació en un pueblo llamado Paula, Italia, en 1416, sufriendo a una corta edad una grave enfermedad en sus ojos, circunstancia que llevó a su familia a encomendarse a San Francisco, santo que le obtuvo de Dios la curación y ante esta sanación de su enfermedad y en acción de gracias, a sus 14 años peregrinó a Asís, donde recibió la inspiración de convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia, retirándose a la montaña por 5 años. Para luego ser seguido en su accionar por otras personas.
“Miles de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula. Así como San Francisco de Asís les había puesto a sus religiosos el nombre de ‘hermanos menores’, San Francisco de Paula les puso a los que pertenecían a su comunidad el nombre de ‘hermanos Mínimos’. El Divino Espíritu le concedió a San Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer curaciones, y el don de profecía. El Papa Pablo VI dijo en 1977 que San Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que malgastan en gastos innecesarios el dinero que deberían emplear en favor de los pobres”, mencionaba la reseña acerca del Santo Patrono que nos ofreciera Graziella Macagno.
Una reseña que en su final destacaba: “El Santo murió el 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros empezaron a sucederse. Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontífice León X, en 1519”.
ACERCA DE LA HISTORIA DE LA CAPILLA
Graziella nos compartía palabras pronunciadas por el vecino Ignacio Cullen en ocasión del 50° aniversario de la Capilla, en 2011, que compartimos y recorren puntualmente los acontecimientos para tener la Capilla al día de hoy.
“Anteriormente a esta fundación la misa se realizaba en donde prestaban un lugar. Con el correr del tiempo fue creciendo la necesidad de tener una capilla para dar más dignidad al culto y reunir a la comunidad en torno a la iglesia. Las primeras catequistas fueron Magdalena Curutchet y Lucy Lechardoy, el primer casamiento fue el de la señorita Raquel Inzaugarat con el señor Graciano Martínez. Los cimientos fueron hechos por Tito Delvechio, Alberto Francisco y su señora y Manuel Dacosta y con la ayuda del personal de las estancias, fue el padre Alberto Colman el encargado de sembrar las semillas en los corazones y despertar el deseo y lograr su cometido”, detallaba en la reseña.
Y destacaba la tarea de la comisión Pro Templo integrada por “María Lechardoy, Pola, Lidia de Costa, Ricardo y Raúl Costa, Pedro Lechardoy, Raúl y Ñata García, Ernesto y Angélica Imbrenda, Dominga Cabrelli, Adelina y Juan Inzaugarat ,Miguel Gaitán, los Curuchet con Doña María a la cabeza, los Paglia, los Quiroga, Ana María Lareyna, Alejandro Pecovich, que puso entusiasmo y empuje en unos remates inolvidables en donde nadie se salvaba de su martillo”.
Y se sumaban más detalles: “La Capilla San Francisco de Paula tuvo su ceremonia de inauguración presidida por el obispo de Mercedes monseñor Serafini y por el párroco Osvaldo Demarco, siendo padrinos de la Capilla Ernesto Olivera, Sara Elena Olivera, Jacky Lalor y su mujer María Rodríguez Salas. En años posteriores fue donado el Sagrado Corazón por Alberto Nazar Anchorena. La capilla no tenía una imagen de la virgen anhelada pero no concretada hasta que en el año 1980 el Padre Juan Frigerio le regalaron una imagen muy deteriorada que hubo que restaurar. En 1994 nace la Ermita ubicada en Juan XXIII y San Martín”.
Y cierre, enumeraba a los sacerdotes que tuvieron su tarea en la Capilla:
– 1956/1961 Padre Osvaldo Kaufman
– 1961/1983 Padre Osvaldo Demarco
– 1983/ 1985 Padre Jose Leclercq
– 1985/1986 Padre Saverio Montemurro
– 1986/ 1988 Padre Eduardo de Paola
– 1988/ 1989 Padre German Maiorino
– 1989/1990 Padre Mario Buonavota
– 1990/1994 Padre Raúl Ceira
– 1994/ 2001 Padre Armando Chiavonne.
– 2001/2007 Padre Luis Jáuregui
– 2007/ 2014 Padre Marcelo Siri
– 2014/2018 Padre Pablo Risola