Bajo el lema “Eugenia siempre en nuestros corazones”, este miércoles, alrededor de las 17, se llevó a cabo un pequeño pero sentido homenaje a quien fuera una de las fundadoras de Asociación Civil De La Nada, Eugenia Molina Gowland, quién también en 2008 donó los terrenos sobre los que hoy está construida la sede del barrio Juan XXIII, ubicada en San Antonio 606, y que desde hoy lleva su nombre.
“A casi dos años de su partida, y en el día de su nacimiento, deseamos que siempre esté presente en nuestro día a día, porque sabemos que de nuestros corazones nunca se irá su recuerdo. Por eso nuestra sede principal en la ciudad de Luján cambió su nombre y desde hoy se llama La casa del trabajo, Eugenia Molina Gowland”, expresaron desde la entidad.
La actividad, que contó con la participación de familiares de Eugenia, también convocó a exalumnos, voluntarios y allegados que la conocieron y vivenciaron de cerca su labor. En ese marco, hicieron uso de la palabra sus tres hijos y referentes de la entidad, y por último, se descubrió la placa que reza: “Eugenia Molina Gowland, una de las fundadoras de De La Nada. Mujer generosa, que nos enseñó a saber esperar la primavera para recoger los frutos”.
En diálogo con LUJANHOY, la presidente de la Asociación Civil De La Nada, Luciana Malvazzo, expresó que “fue un acto sencillo pero muy emotivo porque participaron las diferentes personas que la conocían, entre ellos, emprendedores de hace muchos años a los que ella acompañó, miembros de la Comisión Directiva, voluntarios y su familia. Sin dudas, fue un día muy emotivo para todos los que la conocimos”.
“Eugenia fue el pilar fundamental en los inicios, junto con María y Elvira, así que todo lo que hoy es De La Nada, apoyo a emprendedores y todo lo que pudo construir a lo largo del tiempo, es gracias a su generosidad. Hoy hubiese cumplido 80 años y nos pareció que era el marco oportuno, ya que el festejo iba a ser el año pasado y por la pandemia no se pudo, así que decidimos hacerlo esta vez”, agregó la presidenta de la Asociación.
Por último, recordó: “Eugenia era una persona que nos bajaba a tierra a todos y nos decía que el trabajo prolongado en el tiempo, siempre iba a a dar sus frutos y tenía razón. La extrañamos un montón, es por eso que pusimos su nombre en la sede, para recordarla día a día, y homenajearla porque su mayor legado fue la solidaridad”.