Tras dos años de espera por la postergación del año pasado a raíz de la pandemia, este domingo decenas de familias se congregaron otra vez sobre la avenida Flandes para disfrutar de la 43° Carrera de Autitos a Piolín, en la que participaron chicos y chicas hasta los 14 años.

La inscripción y presentación de los autos, como todos los años, se realizó ayer en el Grupo Scout N° 1 San Luis Gonzaga, donde los originales vehículos quedaron guardados en el parque cerrado. Y este domingo, alrededor de 240 autitos se sumaron a esta propuesta tan tradicional de la localidad.

Se trata de una histórica carrera que comenzó a realizarse en la década del 40, aunque luego sufrió un impasse. Pero en 1978, hace ya 43 años, tomó la posta el Grupo Scout N° 1 San Luis Gonzaga y desde entonces la lleva a cabo año tras año en forma ininterrumpida. De esta forma, se convirtió es parte fundamental de la tradición del pueblo. Por eso, distintas generaciones volvieron a formar parte este domingo de un evento único que reunió a la familia para conjugar lo lúdico con lo social, pero que también incentiva el espíritu deportivo.

La carrera contó con dos etapas: la primera largó minutos después de las 10 y la segunda pasadas las 14. Y ambas se realizaron sobre el mismo recorrido, partiendo desde la mano de enfrente de la Parroquia San Luis Gonzaga y finalizando en la esquina del Colegio San Luis Gonzaga. Así, un importante número de chicos y chicas acompañados por padres, tíos o abuelos participaron de la prueba competitiva, mientras que otros tantos lo hicieron en la carrera participativa, en distancias menores.

Los autos tuvieron que ser de fabricación casera y tener un ancho de entre 15 y 30 centímetros y un largo de 30 hasta 50 centímetros. Y las categorías estuvieron comprendidas de la siguiente manera: competitivas de 5 a 14 años (dos etapas) y promocionales mixta los nacidos entre 2017 y 2018 (por la tarde).

Como tradicionalmente sucede cada año, este encuentro de la familia nace desde la construcción del auto, ya que para inscribirse cada competidor tuvo que contar con un mecánico, quien fue el único autorizado para prestar auxilio al piloto y ayudar a reparar la maquina. Además, acompañó al piloto durante la competencia (a pie o en bicicleta). Esta modalidad, a través de los años, ha generado que padres e hijos, abuelos y nietos y tíos y sobrinos formen una sociedad que realza los valores de unión entre las familias.

La carrera de Autitos a Piolín tiene como objetivo mantener las tradiciones del pueblo, incentivar el ingenio y la creatividad, motivar la participación familiar y propiciar un clima de alegría en la comunidad. Esta competencia no tiene ningún objetivo de lucro, la participación en la misma es totalmente gratuita y los premios son el aporte de vecinos y comerciantes de la zona.

“Desde 1978 nuestro Grupo Scout realiza por las calles del pueblo la tradicional Carrera de Autitos a Piolín, participando de la misma alrededor de 400 niños y jóvenes hasta 14 años de edad”, han sabido resumir a través de los años.

Y como sucede cada año, los participantes se llevaron un premio gracias a la colaboración de comercios, industrias y amigos, que solamente tuvieron como retribución el auspicio en las pecheras de los corredores y la satisfacción de haber colaborado con la alegría de chicos y grandes.

“Es un día muy especial”

Eduardo “Chupe” Espuña, referente del Grupo Scout y uno de los tradicionales organizadores del evento, contó en diálogo con LUJANHOY que “es un día muy especial, porque era esperada por todos y había muchas ansias de poder realizarla. Y se pudo hacer con mucho más cuidado. Por ejemplo, le dimos un poquito menos de promoción para bajar el número de competidores y se logró, ya que participaron entre 230 y 240 autitos”.

A su vez, remarcó que “si bien el día está raro y nublado, nos vino bárbaro para poder correr porque con el sol de esta semana hubiese sido imposible. Así que felices y disfrutando de otro gran trabajo del Grupo Scout San Luis Gonzaga”.

Y respecto de este clásico del pueblo, afirmó que “este evento es de la familia. Se ve el trabajo del papá y la familia con los chicos. Todos los años repetimos lo mismo, pero siempre te sorprenden con los trabajos con los autos hermosos que han hecho”.

 

Nota: Mauricio Mauri
Fotos y videos: Yanil Auce