El lugar es en todos lados. El recuerdo es instantáneo y tiene la permanencia del amor. El homenaje es un gesto repetido desde las manos al alma. El horario para el recuerdo es todo el reloj y el día es cada cuadradito de todo almanaque. Sin embargo, cuando hay un lugar dedicadamente pensado y construido, cuando se unen en él las historias, cuando se busca, espera y se siente un consuelo para la tristeza de las pérdidas en un espacio a pleno pueblo, bien válido es poder contar con ese preciso lugar donde a cualquier momento se pronuncie un nombre desde el corazón de sus seres queridos, para recordarlo en el homenaje conjunto.

Desde este lunes ese espacio tiene lugar y gran sentido: recordar a las víctimas del Covid 19, vecinos de Villa Flandria que serán homenajeados siempre en ese punto elegido, ante el monumento a Julio Steverlynck.

“Hace dos años estamos atravesando una pandemia. En este tiempo pasamos por diferentes situaciones, las cuales han hecho que no podamos despedir a nuestros seres queridos. Desde el grupo de vecinos @comunidad.villaflandria nos propusimos hace unos meses plantar un árbol en el monumento a Don Julio Steverlynck para conmemorar a todos aquellos que partieron en esta situación particular”, mencionaron los organizadores.

Y agregaron: “Buscamos construir un lugar de paz y encuentro para aquellos que lo necesiten. Y propusimos, para aquellos que así lo desean, acercar un poco de tierra de sus hogares, logrando así que cada año ellos florezcan simbólicamente y recordemos a esos familiares y amigos con cariño”.

El homenaje

En diálogo con LUJANHOY, desde el grupo organizador contaron además cómo se unieron para concretar este gesto. “Iniciamos el grupo de vecinos debido a varios problemas de inseguridad en el pueblo y si bien el grupo comenzó por ese tema, seguramente seguirá para hacer cosas para mejorar nuestro pueblo. Siempre aclaramos que es un grupo sin política partidaria, neutral. Y todos los vecinos están invitados a acercarse con ideas y propuestas para participar. Nuestro lugar de encuentro fue siempre el monumento”, remarcaron.

Y en esa línea, detallaron que en esos encuentros también surgió la realidad que nos atraviesa a todos y que es el dolor por los familiares, amigos o conocidos que murieron a causa del virus, por lo que sintieron la necesidad de un homenaje.

“Queríamos algo lleno de vida para recordar a los que ya no están, año a año. Por eso se nos ocurrió plantar un árbol con floración. Y para esta idea participaron los vecinos en la elección a través de nuestra página de Facebook e Instagram. Mucha gente votó y varios familiares se ofrecieron a donar el árbol. Luego pensamos en Arnoldo Daniele, distinguido escritor de nuestro pueblo, quien amablemente accedió a escribir unas palabras referidas a la situación que todos atravesamos en pandemia”.

Y así, uniendo palabras, manos, decisión, mucho corazón, se continuó dándole forma a este proyecto: “Las ideas y propuestas siguieron llegando y se propuso dejar plasmadas esas palabras en una placa en un pilar. Todo hecho por manos de vecinos con su colaboración. La placa es de cerámica y participaron varios artesanos locales. También llamamos a la Banda Rerum Novarum que rápidamente quiso sumarse al evento. Y por último, pensamos en lo lindo y significativo que sería hacer una suelta de palomas, para la cual también la Federación Colombófila hizo su aporte gracias a su presidente, que también vive en nuestra localidad. Lo que buscamos fue hacer un lugar de paz y encuentro para quien lo necesite”.

Emoción

Y así fue, porque este lunes por la mañana, allí sobre Tropero Moreira yante el monumento a Don Julio Steverlynck, quedó formalmente y emotivamente creado este espacio para homenajear a los vecinos de Villa Flandria que fueron víctimas de la pandemia.

En ese contexto, en un sentido acto se llevó a cabo la plantación de un árbol donado por familiares, se colocó la placa con las palabras poéticas de Arnoldo Daniele, se leyeron palabras por parte de la familia de Elena Udut, sonó la Banda Rerum Novarum y la suelta de palomas puso vuelo al recuerdo hasta el cielo.

Desde la organización destacaron la solidaria acción de quienes colaboraron con donaciones para el espacio de homenaje: “Agradecemos a todos su participación. Un acto enteramente realizado por vecinos para los vecinos”.

El recuerdo está acá, allá, hoy, ahora, dentro de un rato, mañana, por siempre. Pero también contar con ese pedacito del pueblo donde cada recuerdo converja, hace que la memoria de cada homenajeado se abrace y se convierta también en el paisaje del pueblo. El querido paisaje del pueblo.