Colores para una realidad oscura, la de tantas. Colores para decir lo que se calló. Para enmarcar una postal con deseos diferentes a los preestablecidos. Colores, porque la vida los tiene y los días los necesitan. Porque los Derechos vienen pintados así, en una infinita gama de historias y decires. Y porque si antes no, porque si ahora sí y porque si lo que se fue conquistando no se puede y debe perder colores, todos, para cuando se habla y acciona una construcción y reconstrucción de derechos.

Así, a colores, se celebró este Día de la Mujer Trabajadora desde las puertas del Instituto Superior de Formación Docente N° 141, desde la organización de la Comisión de Derechos Humanos y Géneros, con un cúmulo de actividades poéticas, musicales, culturales en general y de reclamo en general, para una vez más e incansablemente visibilizar la realidad de la mujer en el mundo.

Entonces, a las 18 del martes 8 de marzo la intersección de Humberto, Dr. Muñiz y avenida España fue el espacio de visibilización de la lucha, la celebración, el recuerdo, lo que vendrá, lo que pertenece, lo que se anhela, lo que moviliza. Y allí, un día de actividades bien sentidas para la conmemoración que convocó a gran cantidad de gente desde, precisamente, esa convocatoria organizativa del Instituto Superior de Formación Docente N° 141 y su Comisión de Derechos Humanos y Géneros, encabezada por la docente Marisa Requiere.

Ella, justamente, detallaba a LUJANHOY que “esta comisión se creó en plena pandemia y a partir de ahí nos organizamos -estudiantes y docentes- para trabajar en lo que sería el protocolo de Géneros y Derechos Humanos. Fue una tarea ardua coordinarlo durante la Pandemia cada uno desde su casa trabajando en ese protocolo sin embargo, lo pudimos organizar para tenerlo en el Instituto y a partir de ahí pensamos en una actividad que se realizó también en pandemia cuando recién nos empezaron a dejar salir un poquito, que fue el Foro de Educación Superior y ESI”, decía la docente.

Y remarcaba la gran convocatoria no solo a nivel local con la que contó esa primer actividad, actividad de la comisión a la que se le sumó, por ejemplo, la participación en la marcha LGTB y la Mesa Intersectorial de la Municipalidad, entre otras actividades.

“Este encuentro fue la apertura de lo que va a ser el año de la Comisión de Derechos Humanos y Géneros”, sostenía, mientras que acerca del momento manifestaba: “Es para visibilizar la violencia machista, la problemática que tenemos todas y todes, porque no solamente hablamos del problema de la mujer sino también de los transfemicidios y los travesticidios. La idea de esta actividad de hoy es que sea colectiva y democrática, que incluya a los estudiantes y docentes, que sigamos visibilizando las problemáticas de géneros que tenemos todes porque no solamente cuando violan y matan a una mujer, violan y matan a esa mujer sino a toda una familia”, decía entonces Marisa Requiere con la convicción en sus gestos y palabras, que también brindó ante los presentes.

De izquierda a derecha, Mónica Demarco, Marisa Requiere y Julieta Cáceres

Y lo mismo hizo la directora del Instituto, Mónica Demarco: “Este acto tiene como objetivo pensarnos a nosotros como Instituto, a nosotras como trabajadoras, a nosotras como estudiantes, a nosotras en todos los ámbitos y también compartir con la comunidad eso que podemos hacer y que sabemos hacer. ¿Y por qué digo con tanto énfasis ‘esto que podemos y sabemos hacer’?, porque muchas veces nos pensaron hijas obedientes, esposas esmeradas y la mayoría de las veces, calladas. Es en ese sentido, entonces, que tienen que ver estas palabras: no nos callamos, si queremos somos esmeradas y si no queremos no, si queremos somos obedientes y si no queremos no y somos lo que somos, pero en definitiva nos queremos luchadoras, nos queremos vivas. Es así como los esperamos hoy, esta tarde, para compartir este momento que si uno se pone a pensar en el contexto no tiene mucho de celebración porque estamos pasando por momentos muy duros, uno mira la tele y sabe lo que están pasando compañeras, niñas en nuestro país, mujeres, entonces a veces a uno no le dan ganas de celebrar pero sí este encuentro tiene la idea de fortalecer más que de celebrar”.

Construcciones de adentro hacia afuera

Hubo manos docentes y manos de alumnas, interviniendo poéticamente la garita de la parada de colectivos, con un sinfín de letras diciendo y pidiendo ser leídas en su conjunto de palabras precisas para la ocasión. Hubo música en la voz viva entrelazada con la guitarra de punk rock de Julieta Cáceres, interpretando temas de Eruca Sativa y Aretha Franklin, en un gran momento musical. Hubo intervenciones en telas para dejar testimonio de lo vivido, hubo imágenes de las mujeres que fueron arrancadas del hoy por la violencia machista, hubo reflexiones, hubo un recuerdo en la voz de exalumnos para con la figura de Ruth Fernández de Monjardín de Masci, hubo feria para degustar una merienda a toda vereda o llevarse un recuerdo desde lo textil. Y hubo abrazos, sí, porque el barbijo apretujó sonrisas de encuentros pero no pudo frenar esos reencuentros de los brazos que, además, tuvieron este marco preciso de todo lo que se puede lograr cuando se hace, a la par.

“Los tiempos cambian pero no tanto, los derechos de la mujer deben ser respetados, la mujer debe ser respetada”, se escuchaba desde el micrófono y desde el alma de puño cerrado de una alumna, a la que se sumaba la apreciación de otra compañera.

“Cuando hablamos del Día de la Mujer Trabajadora, es inevitable no hablar acerca de la violencia de género. A pesar de todos los logros, la luchas diarias y aún en el 2022 se siguen produciendo hechos lamentables. Por eso, es necesario hablar sobre la violencia que sufren las mujeres, ya sea física, verbal, psicológica, económica y biológica sexual, lo que lleva en muchos casos a la muerte. Esta violencia contra las mujeres es generalizada y no conoce fronteras, no importa su nacionalidad, la clase social, cultura o religión. Hoy más que nunca es necesario conocer que la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes van desde las agresiones domésticas hasta la trata de personas, la violencia sexual, el matrimonio infantil. En muchas movilizaciones en nuestro país y en diferentes partes del mundo, hombres, mujeres, niños, todos con el mismo objetivo: ‘Ni Una Menos’. Exigimos la protección de los derechos de las mujeres y niños a vivir con dignidad, libres de violencia y discriminación”, enfatizaban

Y por último, reiteraban: “Ni Una Menos, libres y vivas nos queremos”, para que hasta los aplausos fueran a colores, esos que se ven cuando se acciona para anteponerse a las puertas de todo y avanzar.