Suele ser un recorrido de alivio, el transitar la calle Los Jazmines. Porque los pasos acercan la necesidad a la ayuda construyendo un momento de disfrute porque aún cuando la realidad es la que determina que hay quienes están en situación de vulnerabilidad, el recibir ayuda y el brindarla, genera un encuentro desde el lado más lindo y bueno de la gente, que nos pone mirándonos el uno al otro.
Así, el Comedor Nocturno Granito de Arena es ese lugar para verse y apostar a la esperanza. Lucía Zárate es la referente del espacio solidario y junto a su familia y colaboradores vienen sumando actividad y proyectos desde ese querido lugar ubicado en Los Jazmines 672 del barrio San Jorge.
En la actualidad y debido a la temperatura invernal que golpea fuerte, están necesitando donaciones de ropa de abrigo como también elementos para la atención en el mismo comedor, que está en plena construcción en cuanto a lo edilicio.
“Seguimos trabajando para recaudar dinero y así ir terminando el salón, porque el frío ya llegó”, mencionaba Lucía, haciendo referencia a la organización de ferias mediante las cuales se acercan a las sumas de dinero necesarias para avanzar con la construcción del salón. Aunque en la última feria realizada el dinero fue destinado a la compra de jarras de 4 litros que tanto necesitan a la hora de servir la merienda para esos chicos -de entre meses y 12 años- que forman parte de los beneficiados.
“A quien pueda colaborar con ropa para la feria, nos pueden contactar al (2323) 608447. También necesitamos frazadas, buzos, camperas para los ‘peques’. Esperamos ansiosos que llegue ropa así hacemos otra feria para seguir comprando cosas, porque a pesar del frío los chicos vienen con todas las pilas a estar esas dos horas de merienda”, indicaba Lucía.
Además, compartía su alegría por ver cómo con tanto esfuerzo, sacrificio y apoyo de muchos el salón va estando cada vez más cercano al proyecto soñado: “Algo que anhelábamos era tener este espacio para la recreación y ver que se va logrando nos llena el corazón”.
El agradecer es también tarea
La tarea solidaria siempre necesita un empuje, un acompañamiento, una mirada que vea hacia el mismo lado. Y cuando eso sucede y es más que una sola mirada, sino muchas con sus corazones detrás, el camino se recorre mejor y con las mayores posibilidades de los logros. Y ese acompañamiento se agradece, por lo que Lucía sumaba estas palabras: “En todos estos años del comedor hemos conocido a tanta gente que hoy son amigos. Detrás del comedor hay mucha gente solidaria que nos ayudan a crecer y a poder sostenernos solidariamente en el tiempo. Le doy gracias a la vida el habernos conocido, gracias a cada uno y aunque no los nombre a todos saben bien a quiénes me refiero. Esto es una gran cadena de solidaridad, ayuda mucho una recomendación, una donación, un compartir, una palabra de aliento, eso es lo que nos sostiene día a día. Cada logro, cada sonrisa compartida en cada merienda es un poco de cada uno de ustedes. Gracias infinitas”.
Allí, entonces, en Los Jazmines 672 del barrio San Jorge, Lucía, su esposo Hugo Ayala, sus hijos, sus amigos, los vecinos, tienen la tarea de abrazarse desde una vianda, un plato de comida, una merienda, un encuentro de feria, un momento de aprendizaje y diversión para los más chicos también.
Han logrado construir un salón que esperan llenar de actividades educativas y recreativas. Y para culminar la edificación recurren a la realización de ferias. Para esas ferias necesitan ropa para vender. Y también ahora, con el invierno, piden colaboración de frazadas, mantas, ropa de abrigo para distribuir entre quienes más lo necesitan.
Hay un Facebook: Lucía Irupé. Allí también quien pueda colaborar se puede contactar y sumar algo que se desprende de toda colaboración material y que tan bien viene en todo y cualquier momento de la vida: un abrazo.