Recurrentemente vuelve al escribir. Al estar frente a un espejo que refleja todo, mucho, total o parcialmente lo que quiere decir. Y toma lo que considera. Lo que subraya para que sea parte de esa historia a contar, a compartir y a vivir. Sin dudas, él y el público la viven.
Y ahí acaso esté el fin, el propósito. El vivir como propia, la historia nueva, esa que lo tuvo con ojos cerrados y abiertos, con dedos de urgente dibujo de letras. Javier Dovico es autor y actor. Y vive en sus obras, con sus obras e invita a que quien quiera, se sume a la experiencia, en esta oportunidad, desde “Abrime Rafael”, su última puesta en escena que, dirigida por Vana Passeri, se presenta cada sábado en el Espacio Atelier Walgon, ubicado en Mariano Moreno 954.
“Cada vez que subo las tablas siento mucho placer, mi vida está, desde hace más de 25, años, atravesada por el teatro. Tengo 40 años y nunca dejé de subir a un escenario, desde aquel entonces que empecé, nunca dejé de sorprenderme, de ser espectador, de prepararme, de hacer amigos de este rubro -los cuales muchos ya son hermanos elegidos-, el escenario me oxigena el alma, el cuerpo. Es mi lugar en el mundo”, dice casi como una síntesis de vida, como carta de presentación que se percibe tan solo viéndolo.
“La obra la escribí hace unos años bajo la supervisión de Leandro Airaldo, en uno de sus talleres de dramaturgia teatral”, detalla Javier acerca de esta nueva propuesta llamada “Abrime Rafael”, que atrapa desde el flyer de difusión con idea del propio Dovico, el arte para concretarlo, de Santiago Crosato y el ‘ojo’ fotográfico de Sergio Codognelli.
Que hablen los protagonistas
Como si Javier se desdoblara y fuera Irene y fuera Rafael y la historia saliera viva y zigzagueante con el sonido de su propia voz: “Hablo de Irene, pero también hablo del mundo de Rafael que es su vida, ella vive gracias al recuerdo, a la nostalgia y día a día se propone revivir determinados sucesos para entenderse y entender a Rafael”, indicaba a modo de descripción objetiva y subjetiva de los personajes que son parte de la historia.
“Este trabajo lo pensé mucho, lo trabajé como ningún otro anteriormente, le di su tiempo para que madure en la dramaturgia, lo desee mucho. Y tuve la suerte de rodearme desde el primer momento de personas que saben mucho, que supieron entender a dónde quería ir con ‘Abrime Rafael’, así que tiene todo esta obra como para que guste mucho”.
Y en este andamiaje de sensaciones y concreciones, aparece la figura y arte de Vana Passeri. “Mi gran directora, en este proyecto saca lo mejor de mi. Nos entendimos tanto! hacía unos años que no estaba en una obra bajo su dirección y cuando pensé en quién podía hacerlo, su nombre fue el primero”, enfatizaba.
Y en esa línea, reconoció que cuando escribió la obra en 2018 fue Vana una de las pocas personas a quien se la entregó para su lectura. “Estamos haciendo una dupla hermosa”, sintetizó.
Con una entrada de 900 pesos, cada sábado de septiembre a las 21 “los esperamos a meterse en el mundo de Rafael, en el Atelier Walgon, lugar que nos recibió con los brazos abiertos”, invitaron.
Rafael, Irene. Una historia. Y Javier Dovico, un artista haciendo el antes y el ahora de esa historia.