Ante mucho, el Teatro. Porque suele ser parte del todo, ese todo en el que llega, se queda y crece aquello que nos hace íntegros cuando de elegir se trata. Elegir teatro. Para hacer teatro. Para escribir teatro. Para representarlo, para vivenciarlo. Y aplaudirlo. El teatro convoca y arriba del escenario, detrás y abajo, hay una efusiva emoción traducida en la alegría que es hacer teatro, desde el espacio/rol de cada quien, pero hacerlo vivo y cada vez más parte del tesoro humano: la cultura.

Y hablar de teatro también es ¡disfrutarlo! Así que desde el disfrute de la difusión, desde LUJANHOY hablamos con Darío Alice, director de la obra “Los Prójimos”, que se estrenará el sábado 22 de octubre en el Atelier Walgon, espacio cultural ubicado en la calle Mariano Moreno 954.

Allí llegará entonces esta propuesta con un elenco que sufrió pero superó los avatares de una situación impensada: la cuarentena, tiempo sobre el cual Darío señalaba: “La pandemia fue un tiempo de incertidumbre, caótico, debido a que de un día para otro se cambió nuestra forma de vida. Estábamos ensayando una obra de Julio Baccaro, ‘Como si fuera nadie’ con Graciela Iribarne y Gustavo Gallesio y de pronto quedamos todos aislados, sin saber en realidad qué estaba sucediendo. Para cuando tomamos dimensión de lo que ocurría, el planeta entero estaba asolado por el Covid. Tratamos de llevar adelante el proyecto teniendo ensayos por zoom pero como sabemos, el teatro es un arte de cuerpos presentes en un mismo espacio, en el aquí y ahora, y al no darse estas condiciones lo dejamos para otro momento”, decía el actor y director que en el transcurso de ese tiempo difícil obtuvo -mediante la modalidad virtual- el logro de concluir su carrera y recibirse de profesor nacional de teatro en la Escuela de Teatro de Morón.

“Cuando finalizó la ‘cuarentena más larga de la historia’, me reencontré con algunos compañeros de teatro y me propusieron que los dirigiera. Ellos eran Sara Attilli, Alejandro Maiza, Silvia Puchernau y José Charillo a los cuales, luego, se sumaron Gustavo Gallesio y Graciela Iribarne. Y aquí es donde comienza la etapa de búsqueda. Necesitábamos una obra con seis personajes: tres actrices y tres actores y que además todos tuvieran protagonismo”, mencionaba.

En tanto, aclaraba que con excepción de la obra “Seis personajes en busca de un autor”, de Pirandello, es muy difícil encontrar una obra que cubra esas características, pero la búsqueda tuvo su recompensa con “Los prójimos” de Carlos Gorostiza, en la que sus protagonistas, justamente, son protagonistas.

Ensayos, expectativas, emociones

El camino ya está iniciado. Y se recorre con la sensación cierta y tan ansiada del estreno. Y de ahí en más, de cada vez que llegue la hora de cada función, sostenida por el rol de cada uno.

“Es la primera vez que trabajamos todos juntos, aunque algunos nos conocemos de otros proyectos. Es un hermoso grupo de gente que confió en mí para ponerme a la cabeza como director, pero en realidad todos aportan su mirada en el proceso de construcción del texto espectacular. Todos estamos involucrados a fondo con el propósito a lograr”, decía a modo descriptivo de este compartir Darío.

Y sumaba una sinopsis acerca de “Los Prójimos”: “Seis vecinos que comparten un espacio en común terminan siendo testigos de un hecho violento. A partir de esta situación vamos a ver cómo desnudan sus miserias e incapacidades frente al dolor ajeno. Cuando la chatura es una elección de cómo afrontar la vida, la existencia transcurre dentro de la apática mediocridad doméstica. Con este comportamiento, quizá, abonemos muchos de los males que corrompen a nuestra sociedad”.

La obra tendrá entonces funciones en Atelier Walgon (Mariano Moreno 954) el sábado 22 de octubre a las 20 y a las 22. Pero ya tiene agregada una fecha: el 5 de noviembre a las 21. Serán momentos para ver el resultado de todo el trabajo a plena emotividad que realizan los artistas, teniendo en cuenta que para el teatro independiente, todos son y forman parte del todo.

“Cuando hay un teatro independiente todo es a pulmón: poner la casa para los encuentros, buscar sala donde dar la obra, pedirle a conocidos que aporten con lo que saben -como fotografía o diseño de imagen-, juntar plata para pagar lo que no podemos generar nosotros mismos, búsqueda de vestuario y elementos para escenografía, etc, etc. Y, por supuesto, ensayar fuera de los horarios de trabajo de cada uno de los integrantes del equipo. Y todo lo anterior requiere de un plus: el amor por lo que hacemos, el amor por el teatro sin el cual nada de esto sería posible”, señalaba Darío desde las palabras guionadas por el latido del corazón.

E invitaba a ver y disfrutar de esta propuesta teatral: “Siempre es lindo volver al teatro, además del ritual de presenciarlo. La obra también invita a reflexionar sobre uno mismo y el desafío que tenemos como seres humanos sociables de replantearnos el modo en que nos vinculamos con el otro, porque cualquiera de nosotros puede ser el prójimo”.

El Teatro sigue. Hay escenario vivo. Hay un camino previo donde el esfuerzo por el logro teatral se construye con la mirada, la voz, las pieles y todo lo que sucede del otro lado de esas pieles, adentro, desde donde se narra, se expone y se comparte la certeza: hay teatro, siempre.