Aún en los tiempos difíciles, la Comisión Directiva diciendo presente.

Y aunque aparecieran otras opciones, la esencia de la decisión fomentista señalaría a toda alma, la opción del hacer. Como premisa de vocación. Como motorcito para los andares. Como bosquejo de lo que se sueña y trazos firmes para la certeza de los intentos. Siempre hay un mirar hacia atrás para ver y verse en los cimientos de la historia y revalorizar a diario hasta donde se llegó, claramente, pensando en el seguir haciendo.

Y ahí, en medio del antes, el ahora y lo que esperan y buscan, la gente de la Sociedad de Fomento del barrio El Ombú, de Pueblo Nuevo, poniéndole días de logros e intentos a la historia de esta sede ubicada en la calle Río Luján entre Ricardo Beláustegui y Padre Varela, desde donde su actual presidente, Flavia López, nos contaba: “La sociedad de fomento con reconocimiento municipal funciona desde el 11 de agosto de 2015, anteriormente había vecinos agrupados para cubrir diferentes necesidades del barrio o festejar un Día del Niño, Navidad, etc. Pero después de la pérdida de una vecina que se ocupaba de eso, el barrio se quedó quieto durante un poco más de 6 años. Hasta que diferentes hechos de inseguridad hicieron que nos juntemos varios vecinos y llamemos a una convocatoria para el armado de una sociedad de fomento que sea la que porte la voz de lo que nos pasaba en ese momento y bueno, acá estamos desde 2015 a la fecha”.

En tanto, destacaba que “la sede prácticamente es nueva, la obtuvimos en 2019 junto al Plan de Viviendas Sociales, antes nuestras reuniones para planificar actividades las hacíamos en la casa de Rosana Rodríguez -secretaria de la Comisión” y sumaba los nombres de quiénes están a la par en esta actividad formando parte de la Comisión Directiva: Mauricio vicepresidente ; Rosana secretaria; Alicia “Mimí” tesorera; Susana y Juan vocales titulares; Daniela vocal suplente; Miriam y Verónica revisores de cuentas; en Junta Electoral: Mariano, Zoe y Noel. “Somos en la mayoría mujeres, a pesar que convocamos a la paridad, son más las mujeres que quieren participar”.

A la par

Ante las necesidades, a la par. Poniendo el tiempo y las ganas para construir un alivio y proyectar un mejor tiempo. Llegando al final de este 2022, la presidente de la sede fomentista resumía: “En verdad fue muy difícil este año desde lo económico, por eso nuestra actividad estuvo centrada en asistir de manera particular a diferentes familias que acudían por una asistencia alimentaria. Muchos de los que estaban siendo asistidos, cuando tuvieron la dicha de conseguir trabajo iban avisando y dejando su espacio a otras familias que lo necesitaban y necesitan. También hubo este año actividades para los niños, un grupo muy lindo de estudiantes de Nivel Inicial se acercaron a realizar sus prácticas realizando juegos, manualidades, cuando festejamos el Día del Niño organizaron un juego de feria , fueron muy entusiastas y colaborativas. Y por otro lado, también estuvimos con lo típico de todo barrio: pedidos de arreglos de calles, junta de ramas y demás”.

Y aún cuando el almanaque cambia, seguramente volverán a repasar aquellas cuestiones que no pudieron resolverse: “Quedaron detenidos varios pedidos: luminaria para la calle Esquiú -desde que estamos que hacemos el reclamo por esa calle-, una plaza en un espacio verde, se presentó un proyecto hace dos años para la colocación de árboles autóctonos y juegos para niños, reductores de velocidad, esto último es una queja constante de los vecinos más allá que el Municipio colocó carteles que sugieren la circulación a baja velocidad, no es suficiente”, mencionaba Flavia.

Daniela, Susana y Flavia a plena tarea del compartir.

Y remarcaba: “El año que viene proyectamos retomar la feria que hacíamos antes de la Pandemia, varios vecinos que asistían plantearon la necesidad de volver no solo por lo económico sino también porque era un espacio de encuentro, no venían solo de este barrio sino de diferentes barrios y el ambiente se tornaba familiar, donde en cada puesto se compartía un mate, risas, ideas para realizar actividades para niños y grandes, deportes y hasta karaoke. Y si de sueños tenemos que hablar, soñamos en grande: que nuestro barrio tenga una sala periférica, un salón de usos múltiples, un playón de deportes. En una visita que tuvimos del intendente Leonardo Boto, planteamos el crecimiento demográfico no solo de El Ombú sino de Pueblo Nuevo y la necesidad de una nueva Sala, la que también descomprimiría el arduo trabajo que realizan las chicas del CAPS Santa María”, señalaba, al tiempo que detallaba que este pedido fue consultado a través de la modalidad encuesta entre los vecinos.

Ayudados y agradecidos

Cada actividad demanda mucho esfuerzo y colaboración externa, ante todo cuando se trata de algún evento especial, por lo que Flavia manifestaba cómo se organizan para ayudar y a la vez ser ayudados: “Por el momento no pedimos nada a la comunidad porque las familias que asistimos son pocas, algunas a veces se suman pero de manera esporádica, por ejemplo cuando se les termina un trabajo temporario, pero si retoman el trabajo avisan y no vuelven. Cuando pedimos colaboración es por lo general cuando se realizan eventos del Día del Niño o Navidad, en esas entregas hay quienes llaman preguntando si necesitamos algo o directamente dicen ‘tengo tal cosa, te la llevo a la sede’ y entre esa gente que ayuda está Mauricio Molinero que desde hace mucho tiempo colabora no solo trabajando con ANSeS en el barrio sino en las asistencias y también la Agrupación Saúl Ubaldini, ellos hicieron la fiesta del día del niño de este año que fue impresionante y estamos muy agradecidos. La satisfacción de los vecinos la vimos al finalizar ese día en los mensajes llenos de afecto”.

Y será ese afecto, seguramente el impulsor de cada día que se apuesta a la tarea de un espacio vecinal que sin dudas, tiene que ser parte de la esencia personal y compartida: “Ser fomentista fue una necesidad colectiva, desde ese tema de la seguridad que pedíamos para el barrio y si tuviera que pensar en qué momento me involucré tanto al punto de estar tres mandatos consecutivos, la verdad no lo recuerdo. Podría decir que fue sentir las necesidades ajenas como propias y no por una cuestión de ayudar, sino de resolver, ponerse en lugar de otro pero ponerse de verdad, buscar políticas públicas que beneficien a todos y transformen para mejor las necesidades particulares que siempre llegan. No voy a negar que muchas veces me sentí agotada, lloré y me frustré con la falta de respuestas, pero mis compañeras y mi familia me levantan y también la satisfacción que me da cuando me para algún vecino en la calle agradeciendo algo o me llega un mensaje cargado de cariño luego de alguna actividad o para mi cumpleaños, para fechas especiales, esos mensajes reconociendo el trabajo, eso es una carga de energía enorme y me hace pensar que capaz no estoy haciendo las cosas mal, que a pesar de no tener más recursos que solamente mi voz, pude lograr algo y me llena de felicidad, de esa que te da calor en el pecho y me hace pensar: ¿de verdad voy a parar acá?”.

Y las palabras de la presidente de la Sociedad de Fomento del barrio El Ombú cerraban esta charla con ese paisaje de lo que significa una actividad como esta: donde todo se ve, donde todo se siente. Donde todos tienen que estar a la par. Donde hay una férrea decisión de afrontar lo que no está bien para trabajarlo con las manos solidarias y la palabra de los derechos apuntalando los proyectos.

Una sede fomentista es su gente. Esa gente es un barrio. Y ante las alegrías, las necesidades, los reclamos, las urgencias, los logros, el hacer es la opción. Por ahí anda, por ahí sueña, la Sociedad de Fomento del barrio El Ombú.