El resultado, técnicamente, fue la colocación de los dispositivos para alimento y agua a disposición de los animales en la vía pública. Pero hubo otro resultado. Aún mejor. Aún más inmenso. Y que durará aún cuando el resultado técnico pudiera desaparecer. Ese otro resultado es intangible pero visiblemente real.

Se manifiesta en mirada y se hace certeza en una acción. Ese resultado involucra a muchos, hace lugar para que muchos se pongan a la par y no importa si esos muchos son diferentes, porque en cualquier diferencia de esencia igual, aparece el resultado esperado: un trabajo en conjunto, un sentir similar, una decisión de hacer algo, porque algo puede ser tanto!

En esta historia de alumnos de diferentes edades y de diferentes instituciones educativas, hubo un proyecto en común que tuvo un resultado técnico: la construcción y colocación de comederos y bebederos para perros callejeros, pero sostenido en el tiempo quedará el otro resultado: el recuerdo de la acción solidaria que ojalá sea actitud amable a tomar en la vida.

Proyecto compartido

Hacia el fin del ciclo lectivo del año pasado, un grupo de alumnos del Colegio Montessori -desde la materia Construcción de la Ciudadanía y enmarcados en las actividades de ‘Roots & Shoots’ desde donde se generan acciones solidarias- por entre otros Proyectos, se trabajaron con el armado de dispositivos para aliviar el andar de perros en la calle, dispositivos en los que pudieran encontrar alimento y agua.

La tarea tuvo el sostén del análisis y reflexión acerca de la problemática referida a los animales en la vía pública, las responsabilidades ante la situación, las posibles soluciones, la participación del Estado y el voluntariado y con la conclusión del que no debieran estar en la mencionada situación pero lo están y con la certeza de la urgencia del hambre, apostaron a la solidaridad para alivianar ese tiempo de desamparo.

Y por otro lado, a pleno Jardín de Infantes N° 916 también se gestó la charla educativa y la propuesta de hacer algo ‘por los animalitos’, motivo por el cual, una vez que los comederos y bebederos estuvieron realizados, se llevó a cabo un encuentro de esos que nos hacen creer testarudamente que el mundo es mejor de lo que parece: adolescentes y niños compartiendo una charla en la que se habló de perros, de tristezas callejeras, de materiales reciclados, de respeto por la vida y de intento siempre, de ayuda a quien lo necesita.

Y así, los alumnos de Montessori y los alumnos del Jardín “Bomberos Voluntarios de Luján” se pusieron de acuerdo y en este inicio del ciclo lectivo 2023, los de guardapolvos a cuadritos moldeándola tarea de las manos y el gesto preciso del corazón, construyeron la etapa final: llevar al comercio de venta de alimentos y accesorios para mascotas -en la calle San Martín al 1986-los dispositivos que ya se lucen y ya sirven para el cometido solidario y que ya fueron hallazgo de alivio para varios perros que detuvieron su cansancio de sol y calor, ante el tesoro rico y fresco.

Apuntalando

Hay quienes hacen desde diferentes roles. Docentes, directivos, alumnos. En este proyecto, hubo manos, creatividad y acompañamiento. “Como parte del Equipo Directivo del nivel secundario, es una gran satisfacción poder ver cómo los conocimientos se convierten en proyectos concretos que no sólo motivan a los estudiantes continuar aprendiendo de una manera genuina sino que también despierta en ellos la intención solidaria.

Uno de los objetivos de nuestra propuesta pedagógica es llevar el mundo al aula y el aula al mundo y esto demuestra que se está logrando” mencionaba Estefanía Fusco, Directora del Nivel Secundario del Colegio Montessori.

Por su parte, Karina Arrieta -docente del Jardín 916 y propulsora de la idea en su Sala, como así también responsable de la entrega del proyecto al comercio-, decía: “Todo lo que se hace con amor tiene sus frutos. El año pasado junto a mis ‘peques’ de Sala Verde trabajé sobre el cuidado de las mascotas, visitamos el local ‘Hociquitos pets’ en la calle San Martín y Leivay a raíz de esa visita surgió este proyecto trabajado con los chicos del Colegio Montessori, de hacer comederos y bebederos reutilizando caños de PVC para los perritos callejeros, ‘porque ellos también necesitan amor’ como expresó una alumnita. Este proyecto me llenó el corazón y me puso feliz no solo por el mensaje de los ‘peques’ y adolescentes, sino porque el comercio se copó”, expresaba la señorita.

Y remarcaba que la tienda de alimentos y accesorios no solo colocó los dispositivos, sino también realiza la carga de agua y alimento de manera diaria.

Pueden ‘desaparecer’ los dispositivos, sí. Pueden romperse con el paso del tiempo, también. Puede que no haya más perros callejeros porque todos encuentren casa y familia… ojalá. Pero si hay algo que quedará con este quizás simple trabajo pero inmenso en actitudes solidarias, es el gesto.

El rato de ponerse a pensar cómo hacer algo que sirva para que otro esté mejor. Ese resultado es perenne y es la postal del mundo que es un poquito más amable cuando pasan cosas así, así, como estas.