Ilumina la noche ese rayito. Hace un espacio de encuentro, de contacto real cuando las manos entregan y otras reciben. Ilumina también desde el antes, cuando todo se comienza a construir para llegar a ese momento: la búsqueda de donaciones, la coordinación de tareas, la elaboración del menú, la estrategia de entrega.
Todo pensado para esa tarea de la solidaridad. Tarea que desde hace 5 años lleva adelante Andrea Simonetti, vecina del barrio San Jorge, donde junto a su familia construyen la actividad solidaria de ayuda alimentaria que es “Rayito de sol” el comedor nocturno que cada martes y jueves ofrece alivio ante las necesidades alimenticias de los vecinos.
“Comenzamos el 30 de junio de 2018, con mi esposo Roberto Lemos y mi hija Celeste Lemos. Al día de hoy creció la cantidad de familias a las que le ofrecemos las viandas”, decía Andrea mirando hacia atrás en la historia de este comedor.
Y detallaba: “La entrega es los días son martes y jueves, para cocinar uso mi cocina personal, los vecinos traen ‘tuppers’ y se llevan las viandas”, sostenía haciendo mención a la organización de esta ayuda tan necesaria y bienvenida.
A sumar rayitos
Los latidos que resuenan en los espacios solidarios son incesantes. Y generan una luminosidad que invita al ser parte, al estar cerca, al pensar en el otro. Y a colaborar… como y con lo que se pueda.
“El Municipio ayuda pero no alcanza. Las donaciones de particulares es cada vez más difícil recibirlas. Necesitamos carne o pollo, puré de tomate, polenta y lenteja”, remarcaba como ejemplo de los alimentos necesarios para la elaboración de las comidas que entregan en viandas.
“Tenemos el proyecto de hacer un techo al costado de mi casa, porque por ejemplo cuando festejamos los cumples del mes de los niños, si llueve lo tengo que suspender, pero claro, con el techo no me preocuparía”, mencionaba Andrea haciendo referencia a la falta de un espacio cubierto para que la actividad del comedor pueda no estar sujeta a las condiciones climáticas y la alegría del compartir y no encuentre obstáculos.
Para quien pueda sumar su rayito que ilumine momentos, el Comedor “Rayito de Sol” se encuentra en la calle Los Jazmines 727, en el barrio San Jorge, y el teléfono de contacto es (2323) 556986.
Hacer y ser
La decisión de llevar adelante una tarea solidaria requiere la entrega de tiempo, voluntad y, ante todo, amor por lo que se hace. Hacer y ser desde ahí para llegar a los demás con la construcción de mejores momentos.
Sobre el por qué de esta tarea, Andrea puntualizaba: “Comencé esto porque vi que había muchos comedores, de noche, con el frío, y una comida caliente venía bárbaro”
Y agregaba otro motor impulsor: “Yo tuve una enfermedad mala, si Dios me dejó en este mundo es con un propósito y creo que ayudar a los demás llena el alma y ni hablar de las sonrisas de los niños cuando festejamos los cumples”.
Alimentarse y sonreír. Encontrarse. Poder estirar la mano y sentirse a la par. Un comedor solidario pone ante cada quien que lo vive, una receta con el sabor más rico: la esperanza. A colaborar entonces con “Rayito de Sol”.