El ajetreo de la gente, el silbido del tren, las vías cortando el paisaje, dividiendo en grupos a la gente… los que se iban, los que llegaban, los que esperaban para el abrazo en el andén, los del saludo apretado por la despedida, los rutinarios del viaje al trabajo, el guarda, la eternidad numérica de los cargueros, la barrera baja, las vías y la infinidad del tiempo en sus durmientes.
Postal, postales, otros tiempos y el tiempo de hoy que tiene aún el latido de las estaciones ferroviarias. Ese sonido que se pinta con palabras. Quizás eso es lo que logra hacer Alejandra Hernández en este libro: ponerle el color de la historia a las palabras en su “Estación Luján Ferrocarril Oeste. Historia y Patrimonio”, que presentó el jueves en el hall central de la librería universitaria.
Acerca de la decisión de tomar como protagonista un edificio histórico y toda su esencia, para esta obra, la artista plástica y autora nos decía: “Todo surgió a partir de un trabajo que me solicitaron para una asignatura del Posgrado, en el cual debía hacer un plan de comunicación para alguna institución patrimonial. No lo dudé, hasta los 16 años, la Estación Luján fue casi mi hogar, ya que vivía en la casita justo en frente del andén de los trenes que van a Mercedes”, nos contaba Alejandra.
Y aseguraba: “La idea de que todo lo recopilado se transformara en un libro fue posterior. El tomar contacto con estas personas me hizo comprender el sentido del término Patrimonio y pensar que era necesario escribirlo”.
Recuerdos e investigación
De aquella niñez y de aquellos días de adolescencia signados por la vida que se desprende de las tantas historias que palpitan entorno a una estación de trenes, Alejandra ordenó documentación para darle el marco investigativo de necesaria base a la tarea del escribir sin dejar de lado la esencia de la historia.
“Primero empecé con entrevistas a miembros del Centro de Jubilados y Pensionados Ferroviarios. Luego me contacté con archivos de museos, bibliotecas, historiadores locales, exploré documentos digitales. La sorpresa fue encontrarme con un párrafo escrito por Federico F. Monjardín en 1962 donde decía que alguien debía escribir alguna vez un libro con la historia y orientaba qué fuentes se debían consultar. Fue una investigación que disfruté: encontrar documentos de 1863 impecablemente guardados, notas de prensa, ver los objetos del museo del Centro de Jubilados, contactarme con la familia que hizo el reloj de la estación, todo”, decía a pura emoción la autora que puso pinceles también en el libro, ya que la tapa del mismo es imagen de su autoría.
“Mis pinceles se han transformado en las palabras del prólogo, así tal cual pinté la portada fue mi primera idea para comenzar a escribir, plena de sentimientos”, remarcaba desde ese espacio sentimental.
“Mi padre fue ferroviario, mi hermano es jubilado ferroviario, mi lugar de juego fue la playa de maniobras, haciendo equilibrio en los rieles. Mi casa vibraba al compás del traqueteo de los trenes y por mi ventana espiaba los pasajeros, jugando a que los conocía, les creaba una historia. El tren nos llevaba cada año hasta la tierra de mis padres. Por eso significa mucho para mi”, recordaba.
El libro presentado el jueves puede ser adquirido en la librería universitaria: EdUNLu. También se puede hacer la compra online recibiendo el material por correo, habiendo ejemplares también en otras librerías locales.
Y para conocer la trayectoria y obras pictóricas de María Alejandra Hernández, se puede ingresar en su Instagram: Mache.arteconsentido o en el sitio web: https://maria-alejandra-hernandez1.webnode.page
Agradecimientos
Y con el libro en mano, con el proyecto concreto, con el compartir latiendo en esta presentación, Alejandra sumaba su gratitud hacia quienes estuvieron en diferentes tramos del camino: “Hoy tengo que decir gracias a muchísima gente y temo olvidarme de alguien: Centro de Jubilados y Pensionados Ferroviarios, Héctor Cabrera, Zandra Hevia, Oscar Hernández, Gertrudis Flores, Juan Carlos Pires, al equipo de la editorial universitaria y la librería universitaria Edunlu – Editorial Universidad Nacional de Luján, @prensaunlu, Mario Tierno, Clara Golía, al equipo de Ceremonial y Protocolo Unlu, a mis compañeros Nodocentes, Florencia Cendali, Elena Craig, Javier Bussetti, Silvia Martinelli, Complejo Museográfico Provincial E. Udaondo, Flia. Guerizoli, Biblioteca Jean Jean Jaurés, Biblioteca Ameghino, Biblioteca Unlu, a Pablo Schaaf, a mis hermanas, a mis hijos. Todos, en parte ayudaron a que ese momento de coraje pase de ser un sueño difícil a una realidad. Gracias también a los que pudieron acercarse a saludarme. Ojalá este libro cumpla el objetivo de ser comunicador de la oralidad y resguardo del patrimonio. Gracias!”.
La Estación de Luján, sus trenes y su historia tiene sonido, postales y tiempo infinito plasmado todo en este libro que llegó para homenajear la vida que sucede entre y a lo largo de los rieles.