El Papa Francisco aprobó este miércoles el decreto de la Congregación para las Causa de los Santos que reconoce el milagro atribuido al venerable cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, nacido en 1920 en la localidad bonaerense de 9 de Julio y fallecido en Roma en 1998.
Según informaron fuentes del Vaticano, la ceremonia de beatificación se hará en Luján antes de fin de año y por parte de la Santa Sede. En ese marco, participará el cardenal español Fernando Vérgez Álzaga, titular de la Gobernación del Vaticano y secretario de Pironio durante 23 años.
La noticia fue celebrada con mucha emoción. Por ejemplo, desde el Santuario de Luján remarcaron que se trata de “una enorme alegría para toda la Iglesia, particularmente para Luján, casa de la Virgen de Luján. Aquí, junto al altar del Sagrado Corazón descansan sus restos”.
Y agregaron que “amanecimos con la hermosa noticia que contaba el anuncio desde Roma. Damos gracias a Dios y a Nuestra Señora de Luján por el anuncio de Beatificación del Venerable Cardenal Eduardo Francisco Pironio”.
A su vez, recordaron que “el Santo Padre Francisco había reconocido, en 2022, las “virtudes heroicas” del cardenal, declarándolo “venerable”.
Respecto de este gran anuncio, la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) informó que “la noticia de la beatificación se dio este miércoles, cuando el Papa autorizó al prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el italiano Marcello Semeraro, a publicar el decreto con el que la Santa Sede reconoce la intercesión de Pironio en la curación sin explicación científica de Juan Manuel Franco, un bebé que en 2006 tenía 15 meses cuando salió de un cuadro de coma profundo, luego de que sus padres le rezaran al futuro beato para que intercediera por él”.
El anuncio de la beatificación se da luego de que, en primer lugar, una junta de médicos del Vaticano constatara que la curación de Franco “supera la ciencia médica”, y después de que una Comisión de Teólogos corroborara que la familia del niño había rezado a Pironio por su sanación”, agregaron.
La sanación de Franco se dio luego de que, el 1 de diciembre de 2006, aspirara por accidente el contenido de un recipiente con purpurina (una sustancia pequeña hecha de pedazos de plásticos copolimerizados y metales), por lo que quedó en un cuadro de coma profundo.
“Con el niño gravemente afectado, sus padres rezaron durante 13 días ante una estampita del cardenal Pironio, obsequiada por un sacerdote de la parroquia San Antonio de Padua, y al cabo de ese tiempo, el niño se despertó sin rastros de elementos tóxicos en la sangre”, puntualizaron.
Pironio, el más joven de una familia de 22 hermanos, fue el creador de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se siguen haciendo presencialmente de forma trianual, con la presencia del Papa.
Cardenal Pironio
Eduardo Francisco Pironio nació en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, el 3 de diciembre de 1920, siendo el 22° hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos, Giuseppe Pironio y Enrica Rosa Buttazzoni, provenientes ya como matrimonio de la región de Friuli en 1898.
Su vocación religiosa fue incentivada por su madre, y a los 18 años ingresó al seminario San José de La Plata, de donde egresó 5 años después. Con 23 años, fue ordenado sacerdote en la Basílica de Nuestra Señora de Luján el 5 de diciembre de 1943 por el obispo de Mercedes, Mons. Anunciado Serafini, y pasó a desempeñarse como docente en el Seminario Pío XII de Mercedes en la provincia de Buenos Aires. Por 15 años se dedicaría a la formación de futuros sacerdotes.
Además, fe obispo auxiliar de La Plata y luego obispo residencial de Mar del Plata. También, secretario y luego presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). Y en 1975 el papa San Pablo VI lo llamó a Roma y lo designó prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Más tarde, san Juan Pablo II lo designó presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, desde el que promovió las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Falleció el 5 de febrero de 1998. Y ocho años después, concretamente el 23 de junio de 2006, se abrió en Roma la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización, cuyo principal actor ha sido la Conferencia Episcopal Argentina.