Y eso duele mucho. Resulta un momento de sentimientos que se amalgaman: bronca, impotencia, dolor y también decisión de apostar al trabajo como gesto inquebrantable de la gente honesta. Seguir ofreciendo lo mejor para que el lugar sea siempre la casa de aprendizaje, superación, compañerismo y trabajo de los operarios.
Por eso, afrontando el trago amargo, la gente del Taller Protegido Juan XXIII le hace frente a esta situación del robo de caños de la casilla de gas.
“En la mañana de este lunes cuando queríamos calentar el agua para el desayuno y descubrimos el robo. Además del gasto, que es para nosotros significativo, nos indigna la actitud”, relató a LUJANHOY Adriana Orlando con esa mezcla de sentires provocados por lo sucedido.
“Los que nos conocen saben que día a día trabajamos para que las personas con discapacidad tengan un espacio donde desarrollar sus actividades e incorporen experiencias que le permitan la inserción laboral y social. Esto es una pena realmente. Un gasto inesperado, un problema impensado. Tiempo y dinero perdido por la impunidad de quienes ‘toman’ lo que no les es propio. Se siente tristeza e impotencia”.
Trabajo con honra
Así lo viven los operarios, los coordinadores, los miembros de la Comisión Directiva del Taller Protegido Juan XXIII, viven el trabajo como la honra de las personas de bien. Y al trabajo siguen apostando aún cuando los tiempos están difíciles: “Las ventas están como en todos los comercios: en baja y devaluado por la inflación”, dijo Adriana.
Y destacó la colaboración permanente de los lujanenses: “La comunidad nos ayuda. Pero por supuesto que quien se quiera sumar, es bienvenido. La mejor manera de colaborar con nosotros es comprar nuestros productos. Eso sustenta el trabajo de nuestros operarios. Todo sirve. Por ejemplo, también pueden hacerse socios por $1.500 mensuales, comprar nuestro bono solidario de $25.000, a través de donaciones de alimentos, de artículos de higiene personal -hemos habilitado ducha para los operarios que no tienen comodidades en sus casas- u ofreciendo servicios de mantenimiento o voluntariado”.
Los teléfonos son 43-7291 y 2323 588897 (WhatsApp). Y el local comercial atiende de lunes a viernes de 8 a 14.
Pasó la mano de la delincuencia con el gesto oscuro, dejando la complicación de tener que afrontar el gasto del arreglo del medidor de gas para poder tener el servicio restablecido.
Pero también ahora, como siempre, las manos que con su gran habilidad para crear, confeccionar, construir y crecer, siguen siendo las manos dignas del trabajo. De ese trabajo digno en un lugar tan digno como el Taller Protegido Juan XXIII.