El recorrido tiene voces de a colores. Suenan hasta palpables en texturas. Voces dimensionadas en formatos y formas a la vez, moldeables ante quien las escucha. Porque lo que se dice como palabras despegadas de las telas, traspasando marcos, rompiendo vidrios, sale de una forma y llega tantas veces, de otra.

Lo que dijo Hueso en pinceles y lo que intuye, cree y quiere escuchar quien se sostiene al frente de la obra para erguirse más o desmoronarse al fin, agrietarse o solidificar partes, en definitiva, señales inequívocas del paso y estadía de la emoción.

En “Retrospectiva” el artista habló en cada una de las obras en su debido momento de la creación. Y siguen las palabras habitando el nunca limitado espacio de la tela o el papel o el vidrio o sea cual fuere el sustrato de apoyo y movimiento de los pinceles porque la limitación ni material ni emotiva existe en una obra de arte. Todo lo que es, sigue.

Así como cada historia de las historias contadas a pinceles por Hueso Ricciardulli, que en estos momentos está exponiendo su muestra “Retrospectiva” en el Museo Municipal de Bellas Artes “Fernán Félix de Amador”, hasta el 27 de octubre como plazo para recorrer la exquisita amalgama de técnicas que maneja el docente y artista lujanense.

45 años de arte

Y más también. Porque seguro hubo antes de 1979. Y porque habrá después de este almanaque actual. Pero el tiempo vivo entre fecha y fecha ameritó a la celebración y la historia de los pinceles en la mano de Hueso se congregó para la muestra “Retrospectiva” donde reunió más de 60 obras en las paredes de las salas Paladino y Casals del Museo de Bellas Artes, muestra que quedó inaugurada el 27 de septiembre cuando ante una gran cantidad de público presente, Jorge Ricciardulli celebró el acompañamiento de esa instancia y de la gran previa organizativa.

“Antes que nada voy a agradecer. Agradecer a la gente amiga que colaboró con el sponsoreo de una muestra de estas características”, señalaba sumando que “los que hicieron la producción, un agradecimiento eterno a toda la banda de mis hijos y en especial a Rosaura que produjo toda la muestra. Y también a mi mujer María Alejandra que me ayudó, desde el 79”.

Y con la esencia de la humildad ante la grandeza de su obra y la mirada de agradecimiento, manifestaba: “Tenemos también a Juancito Marangón en la producción visual, Magdalena Verdejo que me ayudó con la curaduría, Alejandra Giacoia y Fernando Momo con los textos que aparecen colgados. Y desde ya agradecer al intendente municipal y también al personal del Museo que nos dio una mano bárbara ayudando con el ensamblaje de la muestra”.

De manos del intendente Leonardo Boto llegó el Decreto que declaró la muestra de “Interés Cultural Municipal” y a Hueso como “Vecino Destacado del Partido de Luján” en el día de la inauguración, que tuvo el atino de la buena música de Dúo Presto, integrado por Emiliano Fernández y Ayelén Laera, quienes en violín y teclado interpretaron rocanroles versionados para la ocasión y acompañaron melodiosamente el recorrido y permanencia del público.

“Son un montón de obras, nos excedimos en lo que yo pensaba”, decía Hueso al realizar una especie de clase abierta de la muestra, deteniéndose con explicaciones certeras y emotivas y describiendo por ejemplo la ‘pintura en vidrio’: “Es sobre los parabrisas. Arranqué con un equívoco que me trajeron de Europa en lugar de acrílicos óleos y entonces empecé a hacer monocopia y me gustó cuando preparaba el óleo sobre el vidrio como si fuera una paleta y al dar vuelta el vidrio me gustaba cómo quedaba entonces ahí empezó el tema de pintar sobre vidrio. Pasados los años se empieza a ver en la calle parabrisas que sacan los locales que los cambian y yo pensaba ‘qué lástima que no se pueda hacer nada con eso’ y empecé a cirujear buscando los más sanos, porque si no la raja es muy dramática como conceptualmente, porque si está rajado es que tuvo algún accidente, entonces a veces no dan ganas de trabajar con algo dramático. A veces si”.

Sobre esa apreciación, sumaba que “pasan muchas cosas, de repente hay que ver dónde está el drama si en uno o en el afuera”.

Y continuaba recorriendo en palabras el sentir de los pinceles: “He trabajado con los saqueos. Hace poco también con ‘niños junteros’, que eso viene de los niños yunteros de Miguel Hernández, así les decían por la yunta de bueyes, acá son ‘junteros’ de basura, que van con el carrito con su papá, con la mamá y bueno, les he sacado un par de fotos y armé imágenes que son violentas, son dibujos fuertes, violentos, que a lo mejor los niños casi ni se empiezan a ver, tampoco se ven las bolsas, tampoco se ve el caballo, pero el clima que produce eso va a generar un relato”.

Y más adelante mencionaba: “Uno de los parabrisas tiene un impacto y ese lo usé para una imagen de Malvinas. Hay un soldado en ese pozo de zorro -que es una excavación que se hace para parapetarse ahí y después taparse con paja arriba para disparar a quien avanza, o sea, una trinchera- y ahí aparece el zorro malvinense que en mi composición pasa a ser el protagonista como para lateralizar la imagen”.

La emoción más profunda, la del amor familiar, llegaba relatando la composición de otra imagen que de alguna manera o de todas las maneras recuerda a Gustavo, su hermano fallecido hace dos años: “También una imagen del Monte London aparece un avión como en un triángulo que podría ser un Mirage que está tirando bombas y desciende un cuerpo de Cristo… yo me emocioné mucho con ese laburo porque ahí vi a mí hermano yaciente”.

Y como si fuera todo colores, texturas, como si el propio Hueso estuviera hecho de un tradicional caballete y lienzo diversificado en mil superficies de creación, habló de ese momento, de esos momentos únicos del pintor: “Es la emoción que uno pone en la obra cuando pinta. A veces que pintás de oficio, otras veces como es un laburo estás metido y la emoción que está pasando en ese momento de tu vida y en el momento de la acción se traduce sola. Bueno, pintando llorás, pintando bailás solo, hablás, eso ayuda a transmitir toda la sensibilidad que uno intenta traspasar a la obra”, decía con una primera línea de espectadores ante la muestra y sus palabras: su esposa, sus hijos, los nietos y hasta los perros mascota, ahí, viendo cómo el artista inauguró su muestra.

“La idea es que durante este mes es probable que pueda estar en un horario los sábados y los domingos para ofrecer alguna charla con los interesados”, anunciaba Hueso que desde el 30 de septiembre al 6 de octubre realizó visitas guiadas para el andar de ojos sobre la maravilla que hizo en estos 45 años, obras destacadas a nivel internacional, premiadas, buscadas, admiradas en el mundo. Desde el mundo donde la línea, el color, la figura, la forma, el valor, el espacio y la textura dejan de ser solo elementos del artista plástico para ser palabra y sentido, decisión de sostener la emotividad del arte, talento acompañado de estudio, días de procesos y el compartir lo creado, como instancia necesaria para el camino que sigue.

“Retrospectiva”, 45 años, los pinceles vienen hablando.

Sobre el artista

Jorge “Hueso” Ricciardulli nació en Luján en marzo de 1959. Su formación en artes visuales comenzó en la Escuela de Arte de Luján “José Pipo Ferrari”, donde obtuvo el título de Maestro en Artes Visuales. Posteriormente, asistió al prestigioso taller de pintura mural dictado por el reconocido artista Pipo Ferrari en la Escuela Superior de Arte Ernesto de la Cárcova.

A lo largo de su carrera ha sido galardonado con importantes y numerosos premios, obteniendo primeros premios y selecciones como también menciones en salones de renombre como el salón de Artes plásticas Manuel Belgrano y salón nacional de Artes Visuales del Palais de Glace.

Su labor artística ha sido acompañada por una destacada trayectoria en la docencia, desempeñándose actualmente como profesor en diversas instituciones. Además dirige su propio taller, donde sigue formando a nuevas generaciones de artistas.

Entre las exposiciones más destacadas de Ricciardulli se encuentran muestras en el Museo de Arte Latinoamericano de La Plata, la Galería Fine Art de Buenos Aires, y varias instituciones en Bruselas, como el Museo Histórico de Arquitectura y las Comisiones de la Unión Europea.