Hay historias de días, en esa línea que desciende desde la parte de arriba de esa hoja que es estampa de un tiempo vivido y vivo, aún. Hay bullicio de gente -aquella gente- que fue cotidiana bajo ese techo a dos aguas que ahora es encuentro de líneas, también sobre el papel.
Hay olor a Tilos como si la avenida Humberto supiera que todos esperamos ese aroma que también es zig zag de trazos parecidos al vaivén de las hojas de las Palmeras. Hay Basílica que se impone a grises expandidos hacia lo alto de la hoja, como si llegara al cielo. Hay veredas salpicando carbonilla que contornea el andar adolescente, al centro. Una y tantas ventanas abiertas que hablan desde el chirrido de sus bisagras, también audible en la intensidad del dibujo.
Es Luján, en pedacitos. En días. En un todo que es la vida. En un retrato de la vida que es un almanaque. Y es un almanaque nuevo, con mucho del antes y del ahora que se perpetúa aún cuando los días pasen, porque por ahí anduvo la mano del artista retratando a la ciudad, al pueblo, a este lugar que tenemos y queremos: Luján.
Y pintando otra parte, otras partes del mundo, también. Y tal como en la edición 2024, este ya casi 2025 tiene almanaque con los trazos de Nano Salas y además, nuevamente con un fin solidario: será vendido a total beneficio del Taller Protegido San Juan XXIII.
Dibujar sentimientos
Los dibujos lo muestran a él mismo. Lo vienen llevando de la mano, desde esa misma mano que los crea. Y en diálogo con LUJÁNHOY, Nano hacía trazos hacia atrás para garabatear sus recuerdos: “Siempre estuvo en mí el dibujo. Mis hermanos y yo dibujamos, mis padres dibujaban muy bien, creo que es una forma muy linda, muy natural de comunicarse, de expresar. El dibujo siempre me acompañó en todas mis actividades, sobre todo el dibujo espontáneo ese que uno hace mientras habla por teléfono y hacemos rayitas, trazos, pero el gran disparador para mostrar lo que hacía fue la cuarentena, que nos tuvo encerrados a todos y ahí empecé a hacer dibujos ya más a modo de coleccionarlos, en ese entonces fue cuando decidí hacer el libro ‘Lujan en tinta y música’ con todos dibujos de Luján acompañados de una película de cada uno de esos dibujos”, nos contaba el dibujante que puso colores a las imágenes desde la sutileza de la técnica de la acuarela.
“Empecé a pintar con el corazón digamos, después empecé a investigar, a ver y a copiar mucho y me apasioné con el tema de la acuarela. Soy 100 por ciento autodidacta. Estuve tomando algunas clases en forma online, pero ya tengo mi estilo definido, aunque también poco a poco va mutando, cambiando pero en realidad soy totalmente autodidacta”, señalaba sobre ese camino de la acuarela que suma al camino de sus dibujos que retratan sentimientos.
“Es el amor que uno le tiene a la ciudad de Luján, el cariño con la gente. El tener comercio te da mucho contacto, uno se encuentra con muchísima gente que conocés como cliente y terminan siendo amigos. Luján me encanta, su forma de vida, sobre todo los recuerdos de mi infancia, la adolescencia, el barrio, las salidas al centro, la misa de siete, todo lo que es la vida del pueblo y como siempre me gustó la arquitectura, siempre fui mirando y quedé enamorado de los edificios de Luján por ejemplo la estación del ferrocarril, la escuela Normal, el colegio Maristas, tantas casas hermosas, ventanas, aberturas, la avenida Humberto con sus palmeras, es decir, hay un montón de lugares que me invitan a pintar”, afirmaba.
Presentación
Será este viernes y sábado en la Biblioteca Ameghino, a las 20, el momento cuando el autor de los dibujos y acuarelas que componen el almanaque exponga también sus obras y ejemplares de su libro “Luján en tinta y música”, en dos jornadas a todo arte desde la exposición “Dibujos y Acuarelas” que reúne cerca de 50 obras de Nano.
“En la muestra van a estar casi todas las imágenes que aparecen en el almanaque y también muchos dibujos del libro, enmarcados y para la venta. Las acuarelas son todas producciones recientes, de este año”, decía detallando que varias de ellas replican paisajes de su visita por lugares mágicos de Praga, París, Milán, Madrid y, por supuesto, los dibujos que contornean a nuestro Luján.
“El propósito de la muestra es un poco la excusa para el lanzamiento de los almanaques. El año anterior -que los hice a beneficio de las Voluntarias del Hospital-, noté que no habíamos hecho una buena comunicación y si bien se vendieron un montón se hubieran podido vender más si más gente se enteraba, así que en esta oportunidad hacemos esta muestra para que, además de la exposición, estén a la venta los almanaques a beneficio del Taller Protegido San Juan XXIII. Y que el Taller también pueda mostrar la tarea que realiza, que es admirable, y que la gente pueda comprar el almanaque y con eso dar una mano”.
Y sumaba colores y trazos en palabras de emotividad: “Tengo una sensación muy linda de poder a través del arte colaborar con una institución que tanto trabaja, eso me parece que es lo más significativo, que cada una de las acuarelas que están en ese almanaque en definitiva van a tener este año un destinatario que es el Taller Protegido, el año que viene será otra institución. Esto es muy satisfactorio”.
Viernes 29 y sábado 30. Dos días de exposición para todos los días del año, para tener ese almanaque hecho a talento y emoción, para ver en cada día nuevo, la solidaridad y la tarea comprometida del Taller Protegido San Juan XXIII y los infinitos relatos de la ciudad en los trazos que perduran.
Almanaques, tamaños y valores
– Chico (A4): $ 6.000
– Grande (A3): $ 8.000