Abrazados a la certeza de la música, concretándola como manera indefectible de vivir, los músicos de Pura Cepa se subieron a la ruta, transitaron el kilometraje necesario para llegar a la cita: el reconocido Festival Nacional de Olavarría, donde dada su trayectoria, habían sido invitados para concursar desde su género musical: folclore fusión, tal como lo contamos en nota previa desde LUJÁNHOY.
Y luego de la participación del domingo 9 de marzo, luego de los aplausos y con la permanente emotividad, Betty Giménez, Carlos Golía y Eduardo Badano de regreso a Luján, manifestaban en sus redes: “Fuimos honrados con Mención Especial por nuestro trabajo en el escenario. Compartimos con un nivel muy alto de artistas de todo el país una jornada inolvidable. Muchas gracias a todos por su acompañamiento y buenos deseos”, mencionaban.
Panorama de lo vivido
Así, con las palabras que aún le deben sonar a música, el guitarrista y voz de “Pura Cepa Luján” -Eduardo Badano- describía lo vivido: “El Festival Nacional de doma y folklore de Olavarría, es uno de los más grandes del país. El predio es inmenso y está instalado en un lugar un poco alejado del centro de la hermosa ciudad, en un ambiente campero. Dura tres días -en este caso, complicado por las grandes lluvias-, está dividido en zonas, la jineteada, las peñas con el polo gastronómico y el escenario mayor. Nos tocó por sorteo tocar en el último día y en el último lugar, eso nos demandó, hospedaje, concurrir todos los días a acreditarnos para el ingreso, participar en los sorteos y presentarnos”, recordaba el músico.
Y agregaba: “El día de nuestra presentación, compartimos el escenario de la peña que es cerrado, con artistas de todo el país y de un gran nivel artístico. Luego, en el final el jurado dictaminó un empate técnico en el primer puesto y luego de una última evaluación quedamos por debajo del ganador por medio punto”, describía Eduardo con el lógico sentimiento del orgullo.
“Estamos orgullosos porque además fuimos muy aplaudidos y felicitados por nuestros pares músicos. Fue una experiencia muy grande, agotadora, pero dió sus frutos”.
Y esos frutos fueron y son no solo esa gran participación y la Mención Especial, sino también el poder a diario y de manera consciente, vivir a pleno la música.