El río Luján, conocido por su importancia ecológica y su impacto en la vida de miles de vecinos, ha sido testigo de eventos climáticos extremos que han afectado a la región.
En este contexto, es relevante comparar las condiciones de dos meses de febrero en años distintos: 2014 y 2025, para entender mejor la evolución de las inundaciones en la zona.
En febrero de 2014 el río Luján sufrió una de las inundaciones más significativas de su historia. Durante ese mes, se registraron 358 mililitros de agua caída, lo que provocó un drástico aumento en el nivel del río, que alcanzó los 4,59 metros.
Y esta situación llevó a la evacuación de cientos de vecinos, quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares ante la inminente amenaza del agua. La situación fue crítica y evidenció la vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos intensos.
En contraste, tal como detalló a LUJANHOY Sergio Frascaroli, presidente de la Asociación Civil Inundados de Luján, “en febrero de 2025, tras la realización de obras de infraestructura y drenaje que buscan mitigar el impacto de las lluvias, el escenario fue notablemente diferente”.
Y agregó que “a pesar de que el mes registró 346 mililitros de precipitación, una cifra solo ligeramente inferior a la de 2014, el río Luján no se desbordó. Gracias a las mejoras implementadas, no se reportaron inundaciones ni evacuaciones, lo que demuestra la efectividad de las medidas preventivas adoptadas en los años posteriores”.
Este cambio en la dinámica del río Luján resalta la importancia de la planificación urbana y la inversión en infraestructura adecuada para enfrentar el cambio climático.
Las obras realizadas han permitido no solo reducir el riesgo de inundaciones, sino también proporcionar tranquilidad a los habitantes de las zonas aledañas.
“La experiencia de 2014, aunque dolorosa, sirvió como un llamado de atención que ha llevado a acciones concretas, mostrando que es posible aprender de las adversidades y construir un futuro más seguro y resiliente para la comunidad”, remarcó.
En conclusión, la comparación entre febrero de 2014 y febrero de 2025 ilustra claramente el impacto positivo de las inversiones en infraestructura y la planificación estratégica frente a eventos climáticos extremos.
Al respecto, Frascaroli afirmó que “la experiencia del río Luján es un ejemplo de cómo la proactividad puede transformar situaciones críticas en oportunidades de mejora y seguridad para la población”.