El amor llega y se manifiesta. Se hace sueño y construcción de un tiempo que vendrá. Se hace hueco para el abrazo…para los abrazos. Se hace mano tibia para la caricia…las caricias, tantas, tantas. Se hace desvelos para proyectar las rutinas amorosas y responsables que vendrán. Se hace mesa de planes y contemplaciones, de probabilidades y certezas. Se hace trámite…sí, sí, el amor se hace trámites también. Y se hace espera y deseo y convicción y entrega. Una entrega que es a la par, que debe ser a la par: quien adopta y quien es adoptado. Y en esa entrega, en ese conocimiento, en ese sueño, en esa certeza de los abrazos y la responsabilidad, se necesita, tiempo. Ni más ni menos, y tanto como eso: tiempo.

Por esto, porque quienes son padres por adopción también están en esos momentos especiales de tener un hijo, es que se reclama por una ley que contemple las licencias laborales para los adoptantes, tal como los padres biológicos tienen.

“Formar una familia por adopción implica atravesar un proceso que requiere de tiempos particulares muy diferentes a los de las familias que se conforman biológicamente”, comparten desde un informe los miembros de GAN (Grupo Autogestivo Adopción Nacional), que tienen sede en Luján-Mercedes. Y que mencionaban también desde su informe, que además de la realización de trámites en sedes administrativas o judiciales que insumen varios días para la presentación de documentación y para las evaluaciones, llega el período de espera –que puede ser de semanas, meses o años- para ser citados, reevaluados y seleccionados, por lo que las licencias se hacen imprescindibles. Sumándole luego el tiempo de vinculación, que transcurre desde el conocimiento del posible hijo hasta que se inicia la convivencia.

“En el proceso de vinculación el adulto debe amoldarse a los lugares de pertenencia, necesidades y tiempos del niño con quien está vinculándose”. De manera que cada etapa, trámites, vinculación (requiere días corridos o flexibilidad laboral) y convivencia familiar, deberían estar contempladas en licencias para procesos adoptivos como derecho de los trabajadores.

Ganas, amor y tiempo

Todo, necesario. Todo puesto en pos de la concreción familiar. Todo para los anhelos del amor.

“Nosotros conformamos el grupo –a nivel nacional- que está centralizado en Ser Familia por Adopción y hay subgrupos en diferentes provincias, en este caso es el grupo por Luján-Mercedes, en el que se trabaja por la adopción, quienes realizan reuniones mensuales o cada dos meses, para charlar sobre temas que tienen que ver con la adopción, con inscriptos, con personas que están interesadas en inscribirse o en el tema”, nos contaba Andrea Quevedo, madre adoptiva, que pone en sus palabras las palabras de quienes atravesaron o están atravesando las diferentes etapas de la adopción.

“El grupo se formó hace unos 2 años y no es solo para gente que ya adoptó, sino para quienes están en el proceso de la concreción de las adopciones y quienes están transitando la etapa de conocimiento de la vida con los adoptados. Cuando alguien se inscribe para adoptar, se hacen obligatorios 3 o 4 encuentros, que tienen una temática muy definida, hay que presenciarlos sí o sí, en el caso de Ser Familia por Adopción, se puede participar con charlas y conversaciones vía internet, también hay jornadas para hacer. Y desde nuestro grupo, nosotros lo que hacemos en las reuniones es buscar algún tema que esté dando vueltas dentro del foro, o las preguntas más frecuentes y ese tema se trabaja en las charlas que preparamos y este mes de julio lo trabajamos a nivel nacional con la falta de licencia laboral”, mencionaba Andrea haciendo hincapié entonces en el tema que congrega este reclamo: licencias laborales por adopción.

“Fui a preguntar por ejemplo al gremio Luz y Fuerza para ver qué tipo de reglamentación tenía su convenio y ellos me comentaron que no hay un artículo que avale la licencia por adopción como en el caso de lo que es el nacimiento biológico. La problemática que aparece cuando la gente se anota –en mi caso yo soy docente y tenía dentro de mi estatuto licencia por adopción-, la licencia por adopción está enmarcada a partir de los 6 meses que es cuando uno tiene la preguarda adoptiva, entonces lo que uno necesita es un oficio judicial intermediado por la jueza, uno presenta el papel y empieza a correr desde la fecha de ese oficio, no a partir de los 6 meses… ¿Por qué? Porque dentro del proceso llamado ‘de vinculación’, a parte que uno tiene que ir a entrevistas o viajar al lugar donde el niño se encuentra en ese momento viviendo hasta que el nene se traslada al pernocte –quedarse a dormir en la casa de uno- pasa cierto tiempo: un mes, dos meses, depende del arraigo que el nene haya hecho. Pasa que a veces hay una convocatoria dentro de la zona de la Costa y uno se puede presentar, pero tiene que quedarse dentro de esa zona y a veces pasa que el nene no quiere salir de la escuela a la que va, eso puede llevar un año, entonces es necesario tener tiempo para ir transitando ese proceso”, sostenía.

“Luego de la vinculación en la que uno va avanzando y el nene puede sentirse cómodo y seguro y puede ir quedándose cada 15 días o los fines de semana, ahí viene el equipo del Juzgado, te visita o uno va a hacer la charla en el mismo Juzgado, son todos permisos de viaje que uno tiene que tener, faltar quizás por el día entero. En el sindicato con el que averigüé me dijeron que se puede, pero tienen que ir viendo qué posibilidades hay de reemplazar a esos empleados. Muchas veces la gente también se guarda las vacaciones pero por ahí no sabés si ese año las vas a usar o las perdés… se complica, por eso queremos que se contemplen las licencias”, agregaba.

Y teniendo en cuenta el inmenso significado de “estar de licencia”, ni más ni menos que darle un hogar y construir un hogar con un niño adoptado, Andrea mencionaba: “Los chicos están con gente extraña todavía, sintiéndose mirados, ellos necesitan un período en el que su mamá y su papá o su mamá y la otra mamá estén juntos, porque qué siente ese nene que llega a una casa y cuando se queda con su ropita acomodada en su cuarto la mamá le dice ‘yo te veo dentro de 4 horas o más, me voy a trabajar’, porque así como uno se acostumbra a que cuando tiene un bebé tiene licencia, en el caso de adopción, tiene que ser igual y la ley no está hecha para eso, hay un vacío, la ley laboral siempre está anteponiendo el derecho del trabajador pero no en este tema que es la ley de adopción”.

Las voces siempre discurren en miradas diferentes. Se suele pensar que las adopciones tardan demasiado por causas burocráticas y en parte es así…aunque la otra parte es precisamente esos tiempos necesarios para no solo los trámites sino el tiempo de adaptación y esa búsqueda de la familia conveniente para que ese proyecto se haga realmente lazo afectivo.

“El sistema como que no adelanta, pero la cultura nuestra también tiene mitos. La gente todavía sigue diciendo que las adopciones son lentas, pero desconocen el proceso del chico en adaptarse, la familia en adaptarse. En muchos casos la familia está muy dispuesta pero el nene no, a veces no pueden con toda esa angustia que tienen adentro. A veces pasa la vinculación pero no llega a ser adopción y ahí todo queda en nada. Realmente no se pueden adelantar los tiempos porque los tiempos de los chicos son diferentes. A un nene no se lo puede cosificar, si lo pensamos como que ‘yo quiero adoptar y tener ya un nene’, termina uno en un gran problema porque no va a lograr un vínculo, nada hay que apurar, todo lleva ese tiempo. Las personas que están pensando en adoptar tienen que buscar dentro de su pareja o dentro de si mismos, las voluntades y las estrategias que están dispuestas a ceder, porque hay muchas cosas que uno tiene que ceder, desde lo más cotidiano hasta lo más especial. Con el tiempo uno puede observar mejor todo y se va dando cuenta que realmente está formando una familia y ahí se está poniendo en práctica el derecho de ese nene a tener una familia, porque uno le está dando su familia para que ese nene pueda tener un ejemplo a seguir, armar luego su propia familia, sentirse un niño amado”, manifestaba Andrea con su amor y entrega en el proceso que viene transcurriendo en su vida personal y compartiendo esta inquietud de una reforma a la ley de las licencias laborales para quienes adoptan.

“No esperamos que el cambio se haga de hoy a fines de la Presidencia actual o principio de la otra, pero que se inicie un proyecto y se pueda lograr. Vemos esa necesidad de la licencia laboral por adopción. Hay muchas familias poco preparadas y chicos que las necesitan. Hay muchos chicos pero grandes porque se quedaron esperando”.

Tiempo. Como la mejor ofrenda. Como el mejor trámite, el mejor objetivo, la mejor celebración. Reunirse y unirse con los corazones que de ahí en más serán familia. Que las leyes entiendan entonces, el tiempo de los corazones.

Contactos

– Facebook, la página de G.A.N. Luján-Mercedes
– Change org: para firmar la petición por licencias laborales en las adopciones

Nota: Lili Ricciardulli