“Mi hijo no tiene tiempo para perder”, dijo la mamá de Ezra y la mañana se detuvo en la frase y puso a todo movimiento de sol el sonido de esos aplausos que retumbaron desde el gris de la ruta hasta el cielo del día tan claro.
E hicieron eco en los automóviles que tuvieron que detener su marcha ante la presencia de gente en la cinta asfáltica, sumándose en su mayoría con bocinas y saludos de manos cuando se percataban del pedido que le daba origen a la concentración: que el Estado y que mucha más gente sepa de la urgencia por la que atraviesa Ezra, diagnosticado con DIPG, un tumor del tronco encefálico difuso que no tiene posibilidad de cura en nuestro país pero que tendría una cierta esperanza con algún tratamiento experimental en Estados Unidos.
Con la comunidad movilizada y logrando conseguir una suma que acorta la distancia en dinero, con esa esperanza de vida y ahora con un acompañamiento municipal, la familia de Ezra convocó a una sentada pacífica este jueves a las 8 de la mañana en Acceso Oeste y el puente Gálvez, con pancartas, aplausos, lágrimas, dolor, fuerza, urgencia… Eso, urgencia. Porque Ezra desde diciembre padece la enfermedad en sus cortos dos años y medio de vida y porque “no tiene tiempo para perder”, tal como lo expresara su mamá a toda mañana y sobre la ruta, para hacer del día y el lugar un momento bien visible y lograr que el Estado nacional apoye este pedido.
La convocatoria se repitió este viernes en el mismo horario y lugar. De manera que con el apoyo para la organización del tráfico de Vialidad Nacional, el corte y sentada volvió a ser la manera de buscar la visibilidad del caso ante las autoridades nacionales.
“Seguimos buscando”
Luego de concluida la sentada pacífica de este viernes, Ayelén nos sintetizaba: “Resultado, por ahora, ninguno, hasta ahora no se han comunicado del gobierno para recibirnos. Igual vamos a seguir haciendo la sentada hasta que nos den bolilla, ahora será nuevamente el lunes”, decía acerca del contacto que aún no se produjo con el gobierno nacional, pero destacando que desde el Municipio ya tuvieron el primer encuentro: “De lo que es gobierno municipal, nos hicieron entrega anoche de los pasaportes, nos hicieron entrega del cheque para poder ingresar en un alquiler. Empezó a cumplir de a poco las promesas la Municipalidad”.
Y con la voz en tono de esperanza, la mamá de Ezra manifestaba: “Estamos rastreando tratamientos, seguimos buscando”. Y cómo no hacerlo, si Ezra está con su infancia apurada por un almanaque. Y haciendo fuerza para asegurarle colores y días, está su familia y mucha gente ante este pedido desesperado: que Ezra pueda vivir. ¡Vivir!