Este lunes por la tarde, familiares y amigos de Joaquín Bustos Coronel, el joven de 18 años que murió tras ser baleado en el abdomen por barras de Leandro N. Alem, marcharon desde el barrio Padre Varela hasta la Municipalidad y la Comisaría Luján Primera.
Allí, al grito de “justicia”, pidieron que la investigación avance con celeridad y que los autores de este atentado sean detenidos. Por el momento ya son tres las personas aprehendidas.
Una vez reunidos en la seccional de la calle Las Heras, familiares y amigos de Joaquín solicitaron ser atendidos por las autoridades policiales. En ese marco, tras más de una hora de espera, la mamá y el papá de la víctima, junto con el abogado que los acompaña, Pablo Merlo, se reunieron con autoridades policiales y de la Fiscalía.
Al respecto, Pablo Merlo explicó que “hay cosas que no podemos informar. Si podemos decir que hubo arma, hubo disparos, ocho chicos heridos. Hubo una falla en el procedimiento de seguridad. Queremos ver cómo se procedió, cómo fueron los anillos de seguridad y cómo llegaron a la cancha. Hay muchas cosas que necesitamos esclarecer”.
“Si la seguridad no fallaba no hubiésemos tenido estos hechos. Ocho chicos heridos, armas en la cancha, gente de Alem que llegó hasta el lado de la cancha. No digamos no pasó nada. Hubo un fallo, un fallo grande, y tenemos que ver quién es el responsable. Más allá de los asesinos, hubo un fallo en la seguridad y no nos podemos quedar tranquilos. Hay culpables y para eso hay que investigar”, agregó el abogado.
Y en esa línea, remarcó: “Uno cómo papá quiere saber qué pasó, qué fue lo que realmente pasó. Con callarnos la boca y no dándole la información a los padres, no solucionamos sino que agrandamos el problema. Hay que ir con la verdad, decir lo qué pasó, la seguridad no estuvo bien sino los hinchas de Alem no hubieran llegado hasta donde llegaron.
Por último, Merlo sostuvo que “si hay una dirigencia que también son delincuentes, tenemos todos los nombres y apellidos de cada uno de ellos”.