Alejo y sus amigos. En las buenas y en las malas. Y puntualmente también, en las malas de otros, esos otros a quienes no conocen pero conocen sus estampas de necesidad y urgencias. Esos a quienes vieron y sintieron que era posible hacer algo para transformar ese fin del día difícil.
Entonces, Alejo y sus amigos, cocinando, organizando las viandas y saliendo a repartirlas por las calles ya oscuras del otoño casi invierno. Un saludo, una mano estirada ofreciendo, otra recibiendo y el alivio de la solidaridad para panzas y almas.
La historia es simple, sin embargo, no todos le dan concreción al sentir solidario, por eso, revalorizando siempre el buen accionar, desde LUJÁNHOY mostramos estos gestos que jamás restan, sino que suman al creer en nosotros mismos como comunidad.
“Yo tengo una barbería en pleno centro, entonces veo bastante gente en situación de calle pasar con carritos de cartones y comida en mal estado y encima que está haciendo bastante frío”, nos contaba Alejo Pérez en referencia al inicio de esta ayuda.
“Decidimos -el primer lunes que lo hicimos- juntarnos con mi familia y mi novia, cocinar algo calentito y repartirlo por Luján, buscando a la gente que lo necesita. Hoy en día ya se sumaron más amigos y somos siete que cocinamos y repartimos”, decía el joven barbero y solidario, remarcando que tienen la idea de llevar la acción solidaria a diversas zonas de localidades vecinas como General Rodríguez y Moreno.
Que la ayuda crezca
Porque siguen las urgencias, porque el frío se asoma con la intensidad del invierno y porque cuando la solidaridad llega, se queda y también crece.
“Creo que podríamos organizar algo más grande, para eso necesitaríamos un lugar físico y bastante ayuda con el tema de alimentos” decía Alejo pensando en una posible organización mayor de la tarea que cada lunes, concretan cuando ofrecen comida a las personas en situación más vulnerable.
“Los que quieran colaborar con alimentos no perecederos y ropa en buen estado pueden contactarse al 2323 339406 o pasar por Lavalle 248 de lunes a sábados de 10 a 19”, señalaba el joven lujanense que con amigos y por entre las ocupaciones laborales, tiempos de descanso y actividades familiares, decidió y decidieron darse un tiempo para dar.
Así, tan sencillo como a veces difícil: dar. Y en esa acción, poner en alto el mejor lado de la humanidad.