Se inició la remodelación del histórico Pabellón Balcarce, un espacio que debe su origen al legado de doña Lola Balcarce y que supo albergar valiosas colecciones.

Este edificio, pieza histórica de la ciudad e inaugurado un 7 de noviembre de 1931, durante muchos años permaneció cerrado y se fue deteriorando. En 2019, tal como informara LUJANHOY a través de un informe, se anunciaron los inicios de los trabajos de recuperación y puesta en valor. Pero a pesar de una serie de tareas que se llevaron a cabo, la obra nunca se terminó y el espacio volvió a sufrir un importante deterioro.

Hasta ahora, ya que finalmente se puso en marcha un ambicioso proyecto de puesta en valor que contempla la instalación de una nueva cubierta, la restauración de la carpintería histórica y la renovación del sistema eléctrico. Además, se ampliará el espacio museográfico en 400 metros cuadrados, para mejorar la experiencia de sus visitantes.

En sus inicios, el pabellón contaba con una cubierta de tejas coloniales a dos aguas sustentada por cabreadas, la que hoy se encuentra desmontada. En este sentido, la falta de cubierta pone el edificio en un lugar de alta vulnerabilidad, por lo que las tareas de restauración resultan fundamentales para su conservación.

El Pabellón Balcarce en las últimas décadas fue un espacio utilizado por los lujanenses para la realización de eventos sociales. Pero con el paso del tiempo, dejó de tener ese fin y, definitivamente, hace años cerró sus puertas.

Museo Udaondo

El Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo, ubicado en Lezica y Torrezuri 917, está compuesto por los edificios más antiguos que se conservan en la provincia de Buenos Aires: entre ellos, el Cabildo y la Casa del Virrey, ambos declarados monumentos históricos nacionales en 1942 y monumentos históricos provinciales en 1992.

El espacio recibe su nombre de quien fuera su primer director, Don Enrique Udaondo, responsable de las construcciones que fueron dando una buena fisonomía al Museo y quien incorporó colecciones de muebles, platería, condecoraciones, armas, uniformes, obras de arte, libros y documentos al museo.

Enrique Udaondo fue, sin dudas, su mayor impulsor, preocupados por mantener las tradiciones culturales de nuestra identidad en una búsqueda incansable que incluye, no solo objetos icónicos de la historia nacional y latinoamericana, sino también objetos de la vida cotidiana.